El próximo sábado, 11 de mayo, a las 18.30 horas, en
Libroviedo
CARMEN GALLARDO FIRMA EJEMPLARES DE SU NOVELA LA REINA
DE LAS LAVANDERAS, SOBRE LA ESPOSA DE AMADEO DE SABOYA
La periodista Carmen Gallardo participará
en Libroviedo firmando ejemplares de su novela La reina de las lavanderas el próximo sábado,
11 de mayo, a las 18.30 horas, en la Plaza Trascorrales, Antigua Plaza del
Pescado, donde se celebra la feria del libro de la capital asturiana. La
novela, de la que La Esfera de los Libros acaba de publicar la tercera
edición, es la historia de la reina María Victoria dal Pozzo, la
esposa de Amadeo I de Saboya.
La reina de las lavanderas es la
biografía de esta mujer nacida en 1847 en el seno de una familia noble de
Turín. Cuando falleció su padre, su madre perdió el juicio y se negó a
enterrarlo, obligando a María Victoria a pasar las noches velando el cuerpo. Su
hermana menor murió un mes después de tifus y de pena, y ella vivió en el luto
y el silencio durante varios años hasta que se casó con el príncipe Amadeo de
Saboya. «Más que una historia de amor, se produjo un encuentro entre dos almas»,
dice Gallardo.
Los enredos del destino y los intereses políticos de las
potencias europeas sentaron a la pareja en el trono de España, tras la
expulsión de Isabel II, desde 1871 a 1873. «Europa –continúa la autora– está
conformando sus fronteras, el padre de Amadeo es el primer rey de la Italia
unida. En España, Prim se dedica a buscar un rey que cumpla sus requisitos y lo
encuentra en los Saboya, una dinastía democrática y laica. Pero hay demasiados
intereses cruzados y los reyes llegan ya con Prim asesinado. Con Prim muerto,
el proyecto nacía muerto. Amadeo y María Victoria son víctimas de la Historia.
Hubo una opción de que España fuera democrática y de que se hubiera metido en
Europa cien años antes, pero se perdió con ellos».
María Victoria fue una reina efímera, desconocida, muy culta
(hablaba seis idiomas) y virtuosa (con una religiosidad rayana en el
misticismo) en un país convulso e inestable. Extranjera en una tierra que no
supo valorarla, soportó los amoríos de su marido, las humillaciones de la
aristocracia y el perpetuo temor a un atentado. «Vivió asustada por el rechazo
que generaba porque era “muy poco” reina, era una burguesa que había llegado al
trono y que lo había hecho accesible al pueblo y eso molestaba mucho a la
aristocracia tradicional española», según Carmen Gallardo. Aun así,
se entregó a la sociedad que la rechazaba porque «en esos dos años de reinado
gastó mucho dinero, con donativos permanentes a las iglesias y a otras
instituciones. Un día, al salir por la puerta de atrás del Palacio Real, ve el
espectáculo de las lavanderas del Manzanares y por primera vez se acerca a la
pobreza real. Para ellas crea el asilo de las lavanderas, la primera guardería
de nuestro país».
Pocos días después de dar a luz a su último hijo, perdió la
corona. Murió a los veintinueve años en Italia consumida por la tuberculosis.
Quizás imbuido de cierto sentido de culpa, Amadeo encargó un grandioso
monumento funerario para instalar en el sepulcro de Superga en Turín, donde
reposan los Saboya y dónde aún pueden verse los restos de la corona que las
lavanderas españolas pagaron a escote y enviaron a la efímera reina España, la
única que se había fijado en ellas.
Con pasión por los detalles, rigor histórico y finura psicológica,
esta novela de Carmen Gallardo se sumerge en los abismos de su
alma para expresar todo lo que sintió y nunca dijo sobre el amor, la soledad y
el sacrificio. «Es un libro con mucho rigor histórico pero también una parte de
ficción. Lo que más me costó fue meterme en la parte religiosa, porque ella fue
una mujer muy mística, al contrario que su marido, totalmente laico. Me encanta
la historia y las reinas, y María Victoria es un personaje muy romántico, con
un destino marcado, que murió de tuberculosis (la enfermedad del romanticismo
por excelencia) y me pareció muy bonito rescatarla del olvido», sentencia la
autora de La reina de las lavanderas.
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