Ana contra Gürtel es una obra basada en hechos reales. Narra la historia de Ana Garrido la primera mujer denunciante de la trama Gürtel, que fue testigo de cómo el dinero entraba a espuertas en una ciudad al oeste de Madrid, fruto de la especulación inmobiliaria, y de cómo, poco a poco, la gente se iba enredando en las pegajosas redes de la corrupción. En vez de dejarse arrastrar, o mirar hacia otro lado, ella decidió denunciarlo. Esta no es la historia de uno de los casos de corrupción institucional más famosos de los últimos años, ni siquiera la de un ayuntamiento o un partido concreto, porque el delito, la degradación moral y el abuso de poder no entienden de siglas. Es un relato de cómo la corrupción nace y se extiende como un cáncer. Narrada magistralmente en primera persona, con agudeza e ironía, y esos destellos tan propios de lo español: el esperpento, el absurdo, la picaresca y, sí, también lo cutre. Una de las preguntas que plantea el libro es: ¿es sistémica la corrupción?, ¿forma parte de nuestro acervo cultural? Y… la más importante de todas: ¿qué habrías hecho tú en su lugar? La implicación de Ana Garrido en la escritura del libro Javier Bardón, el autor, en su proceso de documentación para escribir otra novela, conoció a Ana Garrido, la protagonista real de los hechos que se narran. Ella se había planteado alguna vez escribir su historia, incluso había recibido ofertas de grandes editoriales y productoras de documentales, pero nunca se había decidido a hacerlo porque los hechos todavía le afectaban mucho y tenía una precaria salud mental. Sin embargo, en el momento en el que se encontraron, habían pasado ya unos años, y estaba algo más tranquila. Además, el hecho de que Javier fuera psicólogo clínico la convenció para iniciar juntos el proceso de escritura. Comenzaron a trabajar en la redacción de la historia después del verano de 2023 y no fue hasta las últimas reuniones cuando ella empezó a confiar plenamente y a contarle lo realmente duro de todo lo que le había sucedido, sobre todo al volver de su viaje a Costa Rica, cuando la acosaron laboralmente. Hasta ese momento, Bardón desconocía muchos aspectos de esta historia a pesar de haber sido contada en El Mundo y otros medios. Paralelamente a sus charlas con Ana, fue investigando por su cuenta y documentándose a fondo sobre el caso Gürtel. La obra se estructura como si Ana estuviera narrándole su historia a un periodista ficticio, lo que permite que la narración no se ciña solo en su vivencia, sino que aborde, de una manera más general, cómo funciona el sistema de corrupción institucional desde un punto de vista jurídico, político y mediático. Ana se convirtió durante un periodo de tiempo en un símbolo contra dicha corrupción, vinculándose con movimientos sociales y concediendo decenas de entrevistas al respecto. Sin embargo, como denunciante de la trama Gürtel lo ha perdido absolutamente todo: no la volvieron a contratar en el lugar donde residía, no puede continuar pagando la hipoteca de su casa y la maquinaria del partido, a cuyos miembros denunció, le interpuso un sinfín de demandas que, aunque no tuvieran recorrido judicial, le supusieron una sangría económica y psicológica irreparable. |
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