1.- Félix J. Palma, escritor y coach literario, revela sus trucos de magia

 

Félix J. Palma, el escritor que logró ser bestseller de The New York Times, revela sus trucos para escribir como un mago que regresa al camerino tras su actuación y empieza a sacarse los artilugios escondidos de los bolsillos.  En Escribir es de locos, ha volcado su experiencia de años como profesor de Escritura Creativa y coach literario con la intención de desacralizar el acto de escribir.  ¿Podríamos afirmar sin temor a pillarnos los dedos que se puede enseñar a escribir? ¿Sirve el talento sin técnica? ¿Y al revés? ¿Puede alguien ser escritor sin tener verdadero talento para ello? ¿Cómo se mide el talento? ¿Quién decide quién lo tiene y quién no? ¿Le interesará esto a alguien? ¿Querrá publicarlo algún editor? ¿Podría escribirlo mejor? ¿Decepcionaré a mis lectores? ¿La imaginación nace o se hace? Mapa o brújula, ¿qué llevas en la mochila? NOTA DEL AUTOR FÉLIX J. PALMA «Como los romanos de Obélix, los escritores estamos locos. No solo porque el nuestro es uno de los oficios donde el esfuerzo está peor recompensado, fiscalmente está desprotegido y, salvo contadas excepciones, produce ingresos irregulares que apenas dan para vivir. Ni porque hay que estar muy loco para escribir libros en un país con tan pocos lectores como el nuestro. Si no porque necesitamos estar locos para hacer soñar a otros, para construir mundos que no existen, para ponernos en la piel de un asesino o para describir amores imposibles sin haberlos vivido. Pero si necesitas contar historias, si llevas en la sangre ese veneno tan ancestral como la propia humanidad, si al escribir consigues que la realidad parezca un lugar más habitable, si escribir te ayuda a conocerte mejor, a explorar los recovecos de tu alma, entonces agradecerás estar loco. Pero aunque creas tener talento para la escritura, no deberías apostarlo todo a esa carta. No te encomiendes a las Musas, creyendo que ellas se encargarán de todo. Tengas o no talento, antes de escribir una novela debes conocer los mecanismos con los que se construyen las historias. El talento, sin una técnica que lo guíe, es como un río que se desborda, como un caballo envuelto en llamas que cabalga sin rumbo.»

DIEZ TRUCOS PARA ESCRIBIR Nunca digas: «yo no tengo imaginación». La imaginación está sobrevalorada. No todos tenemos la imaginación «fantasiosa» para escribir El señor de los anillos. Pero todos podemos especular sobre situaciones cotidianas. Y eso es lo único que necesitamos: especular, ya sea sobre la vida de un niño en una escuela de magia o sobre la de la aburrida esposa de un médico de Yonville. Las ideas flotan en el aire. Ten siempre conectado tu radar para poder detectarlas antes que nadie. Si miras el mundo con «mirada de escritor», se te revelará lleno de historias. Recorre todos los caminos donde pueda llevarte tu idea, hasta encontrar aquel cuyo paisaje más te guste, y hazlo con la mente abierta, sin rechazar ningún desvío porque nunca se sabe a qué paraje puede conducirte. En una historia cada acontecimiento tiene que ser causa del siguiente, pero eso no significa que tengas que contar los hechos cronológicamente. Desordena nos acontecimientos de la historia para darles un orden dramático. No uses solo la elipsis cuando tu personaje vaya al baño. Recuerda que a veces puede ser más efectivo no contar algo que contarlo. Todos los elementos de tu historia deben tener una función, deben resultar imprescindibles en la historia. Si el protagonista se compra un perro, y este no le salva la vida, tendrás que sacrificarlo. Recuerda que hoy, con tanta tinta derramada a nuestras espaldas, la originalidad viene del tratamiento del tema, no del propio tema. A la hora de escribir, no uses las mismas palabras que usas al hablar, ni rebañes palabrejas de lo más hondo del diccionario. Recuerda que entre las palabras vulgares y las sofisticadas, existe un vocabulario medio, rico y variado, que conoce un amplio número de lectores. Usa esas palabras para contar tu historia. Recuerda que no estás escribiendo en mármol. Todo se puede modificar una y otra vez hasta obtener la versión más parecida a la historia que imaginas en tu cabeza. Trabaja con borradores, eso te ayudará a escribir sin presiones. Ninguna novela, ni siquiera las obras maestras, salen a la primera. Y por último, recuerda que nadie puede escribir una novela solo, ni siquiera los escritores profesionales. Todos necesitamos ayuda y consejo, de nuestros amigos, familiares,  editores... Deja que lean tu historia antes de publicarla, cuando aún estás a tiempo de aceptar sugerencias.