NOCTURNOS | |
El periodista de investigación Javier Pérez Campos en su nuevo libro nos relata historias que suceden al caer la noche: misterios, crímenes, biografías extrañas y muchas otras disciplinas que bailan en la delgada línea que separa la realidad de la ficción | |
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Nocturnos se publica en las últimas semanas de octubre, coincidiendo con la festividad de Halloween, y no por casualidad. Esta nueva investigación del periodista Javier Pérez Campos es una aproximación al misterio, a la historia y a la crimilogía desde persperctivas literarias y culturales.
EL AUTOR ESTARÁ DISPONIBLE PARA ENTREVISTAS EL LUNES 20 DE OCTUBRE EN MADRID.
Un catálogo de seres e historias aterradoras, tejidas con los hilos de la propia noche...
La noche es el estado natural de todo lo que nos rodea. Es la invasión de la oscuridad y la ausencia de la radiación electromagnética que nos permite observar nuestro entorno. Esa reducción de visibilidad convierte a la noche en un momento de inseguridad total. Por eso, desde el origen de la humanidad, los depredadores naturales nos han acechado en esas horas en que las sombras se adueñan del mundo.
Precisamente, Javier Pérez Campos lleva veinte años investigando estas historias que ocurren al caer la noche: misterios, crímenes, biografías extrañas y muchas otras disciplinas que bailan en la delgada línea que separa la realidad de la ficción. Ahora, ha decidido abordarlas en profundidad en este libro, cuya estructura, además, se divide en algunas fases de la noche.
Desde la antigüedad, diferentes filósofos, religiosos y eruditos han intentado ordenar estas horas de oscuridad. Por ejemplo, en 1490, Alfonso Fernández de Palencia, cronista regio e historiador, denominó «antelucana» al momento en el que el alba comienza a esparcir las tinieblas. También San Isidoro, el que fue obispo de Sevilla durante más de treinta años, estructuró la noche en función de la posición de los planetas («vespero», en referencia a la posición del planeta Venus), de la ausencia de actividad social («conticinio», refiriéndose al momento en que todo estaba silencio) o incluso según la actividad animal («galicinio», el momento próximo al amanecer en el que cantan los gallos). |

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