Ecos de Henry David Thoreau, Ralph Waldo Emerson y Walt Whitman se entremezclan en Las propiedades de la sed (2022), una épica historia de amor ambientada en California durante la segunda guerra mundial, con la poderosa y poética voz narrativa de Marianne Wiggins. Una novela que fue recibida como una de las mejores obras de ficción del año por la crítica estadounidense y que Wiggins, finalista del National Book Award y del Premio Pulitzer, completó ocho años después de haber sufrido un grave ictus en 2016. Las propiedades de la sed, que examina las promesas incumplidas del sueño americano, se ambienta en dos episodios del pasado reciente de la historia de Estados Unidos: el primero, el internamiento de más de cien mil ciudadanos de origen japonés que vivían en los estados de la costa del Pacífico tras el ataque a Pearl Harbour; el segundo, la guerra del agua en California, uno de los primeros conflictos ecológicos del siglo XX relacionado con los recursos hídricos. Ambas tramas sirven a Wiggins para construir una inolvidable historia universal e íntima, cuyos ecos resuenan especialmente hoy en día, sobre la celebración de los vínculos amorosos y familiares que sobreviven a pesar de las dificultades. La novela narra la historia de Rocky Rhodes, un pequeño propietario que lleva años protegiendo con uñas y dientes su rancho frente al Departamento de Aguas de Los Ángeles que está drenando sus acuíferos. Es en este rancho del valle de Owens donde su mujer y él criaron a sus hijos gemelos, Sunny y Stryker, y donde Rocky ha llorado a su esposa desde su muerte. Cuando Estados Unidos entra en la segunda guerra mundial, el gobierno decide construir en el valle uno de los campos de internamiento para japoneses. El director del campo, un chico judío de Chicago, quedará fascinado por la familia Rhodes, especialmente por la joven Sunny. Las propiedades de la sed es una de las grandes novelas americanas de los últimos años, una obra destinada a convertirse en un clásico, en la que conviven varias historias de amor: la de una familia por un paisaje amenazado y la de un hombre por una mujer asombrosa. |
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