93.- VIRGINIE DESPENTES AUTORA DE APOCALIPSIS BEBÉ

 

VIRGINIE DESPENTES 

AUTORA DE APOCALIPSIS BEBÉ 

 

Publicación: 20 de octubre de 2022

 

La mejor Despentes. Premio Renaudot 2010.

Una novela adictiva que navega entre el noir y la road novel para dibujar un satírico retrato social entre París y Barcelona.

«Despentes se ha convertido en una especie de heroína de culto, una santa patrona de las mujeres invisibles».
The New York Times

 

Valentine, una adolescente problemática que vive en el seno de una familia acomodada en París, ha desaparecido. Lucie Toledo, la detective privada que la abuela ha contratado para seguir los pasos de la chica, le ha perdido el rastro en el metro de camino a la escuela, y ahora debe encontrarla. Pero, ¿por dónde comenzar a buscar a una adolescente desaparecida? Con su inexperiencia profesional y sus inseguridades a cuestas, la detective no tiene otra opción que pedir ayuda a la Hiena, una investigadora freelance especializada en desapariciones que sabe dónde y cómo mover los hilos para conseguir información. Magnética, agresiva, de piernas largas y métodos poco ortodoxos, la Hiena fascina e intimidad a Lucie, que de la mano de su flamante socia, se ve arrojada a una épica investigación tras los pasos de todos los que se han cruzado con Valentine.Valentine, una adolescente problemática que vive en el seno de una familia acomodada en París, ha desaparecido. Lucie Toledo, la detective privada que la abuela ha contratado para seguir los pasos de la chica, le ha perdido el rastro en el metro de camino a la escuela, y ahora debe encontrarla. Pero, ¿por dónde comenzar a buscar a una adolescente desaparecida? Con su inexperiencia profesional y sus inseguridades a cuestas, la detective no tiene otra opción que pedir ayuda a la Hiena, una investigadora freelance especializada en desapariciones que sabe dónde y cómo mover los hilos para conseguir información. Magnética, agresiva, de piernas largas y métodos poco ortodoxos, la Hiena fascina e intimidad a Lucie, que de la mano de su flamante socia, se ve arrojada a una épica investigación tras los pasos de todos los que se han cruzado con Valentine.

 

Entre su polémico debut con Fóllame y su consagración con la trilogía Vernon Subutex, Virginie Despentes se ha ido consolidando como una escritora de culto, capaz de poner su lengua afilada al servicio de un discurso feminista rompedor en Teoría King Kong, o de seguir los pasos de dos detectives, una adolescente difícil y un sinfín de personajes más en una bomba titulada Apocalipsis bebé, la novela por la que en 2010 ganó el prestigioso Premio Renaudot. En ella, Despentes retoma temas de sus primeras ficciones y ensayos, al mismo tiempo que su escritura alcanza un nuevo estadio de madurez sin perder un ápice del vigor y el ánimo corrosivo de sus inicios.

 

Mezcla de sátira social, thriller y romance lésbico, Apocalipsis bebé incorpora elementos clásicos del noir y la novela de carretera, como una familia rica repleta de secretos, una sagaz detective de oscuro pasado que ejerce una fuerza magnética tanto en su colega como en los lectores, una enigmática femme fatale, antros urbanos y lujosas residencias con vistas al mar, y un mundo de peripecias vividas al volante y entre las calles de dos ciudades. Pero allí donde podríamos ver tan solo un puñado de tópicos más o menos bien atados, lo que estalla es un irreverente cóctel hecho de inventiva, un mordaz sentido del humor y una prosa directa que avanza con ritmo nervioso y adictivo. La violencia, y también el sexo, dos motivos que vertebran la obra de la escritora, reaparecen así en una obra que, sobre el trasfondo de una Europa golpeada por la crisis, explora la desigualdad social, el racismo, los alcances del patriarcado, las derivas de la sociedad de la vigilancia, la frontera entre el éxito y el fracaso, y el hedonismo destructivo de la juventud.

 

«Cuando él notó que lo seguían, se dio la vuelta y la miró de arriba abajo un buen rato. Sin asomo de miedo, solo un desprecio enojado. Ella se enfureció al verse a sí misma queriendo desistir. Rendirse a la impotencia, someterse a la autoridad de las cosas tal como son, a las cosas que no se pueden cambiar. Arremetió como animal salvaje. Cuando llegó a su altura, sin decir ni mu, le dio el golpe. No para vengar a su novia torturada. Un deseo brutal se abrió paso en ella. Derribarlo al suelo. Obligarlo a tenerla en cuenta. Hacer aflorar su angustia a cualquier precio».

 

 

 

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