Íñigo Ramírez de Haro, (marqués de Cazaza en África, enfrentado en los tribunales con el Conde de Bornos, su hermano, por la venta de un Goya familiar), nos abre las puertas de una casa señorial sin inhibiciones ni miramientos. Con él recorreremos la historia de su familia, desde el fundador de la Casa de Bornos hasta el último de los actuales Ramírez de Haro –acompañados, a su vez, por algunos protagonistas muy escogidos–. Un viaje al interior de una familia que recorre también 500 años de la historia de España.
«Para entender cómo se ha podido llegar al juicio del Retrato de Don Valentín Bellvís de Moncada y Pizarro, de Francisco de Goya, contra mi hermano, tengo que contar los valores, creencias, conductas y posicionamientos que se vienen perfilando en mi familia a través de las generaciones que se suceden desde el siglo XV hasta hoy. Tengo que contar sus conversaciones, sus secretos, sus amores, sus alegrías, sus hipocresías, sus injusticias... Lo tengo que contar yo, porque si no, nadie lo hará y la mala sangre habrá conseguido su principal objetivo: el silencio», afirma el autor.
Además, Ramirez de Haro asegura que tras haber estado «rodeado de silencios e impunidades, ha llegado la hora de hablar. Lo hago en este libro que es una novela porque, como diría Nabokov, “solo la ficción dice lo verdadero”».
Con finísimo humor y elegante ironía, pero también con un análisis incisivo y, a ratos, descarnado, La mala sangre es un testimonio y una confesión en la que se nos muestran, desde dentro, los valores de la aristocracia y todos los ideales, comportamientos y creencias que definen a este estrato de la sociedad, hasta hace poco tan admirado, influyente y privilegiado, para el que el valor supremo es la sangre, con todas sus consecuencias. Íñigo Ramírez de Haro destapa en esta narración, única en la literatura española, las intimidades de un linaje de la más alta nobleza cuando está lejos de los focos. |
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