El psicólogo, autor del bestseller Amor Zero, publica el libro Familia Zero
DR. IÑAKI PIÑUEL: «LOS ESPECIALISTAS ESTAMOS ATENDIENDO MUCHOS CASOS DE VÍCTIMAS DE PSICÓPATAS INTEGRADOS AGRAVADOS POR EL CONFINAMIENTO»
El psicólogo y psicoterapeuta Iñaki Piñuel, considerado uno de los principales expertos europeos en la investigación y divulgación del acoso psicológico, afirma que «los especialistas estamos atendiendo muchos casos de víctimas de psicópatas integrados agravados por el confinamiento». El autor del exitoso libro Amor Zero –del que La Esfera ha publicado 5 ediciones– vuelve a las librerías con Familia Zero, un manual dirigido a miembros de familias disfuncionales que sufrieron los abusos de esos depredadores sociales y que repiten esas relaciones tóxicas en su vida adulta.
«Los psicópatas integrados son personas aparentemente normales, pero que carecen de norma moral, emociones, empatía… de aquello que genera en la especie humana lo más genuino de ella: la capacidad de ponernos en el lugar del otro y de sentir compasión por nuestros congéneres», afirma Iñaki Piñuel. «Son personas encantadoras y seductoras, que están en todos los lugares, especialmente en los sitios de poder, en los que tienen mayor capacidad de manipulación. El problema es que no están identificados como tales y tendemos a pensar que son como nosotros, creemos que estamos ante un ser como nosotros, cuando en realidad estamos hablando con una mutación de la especie humana, que no siente ningún tipo de emoción, miedo, remordimiento, conciencia moral. Y es un problema en lo que se refiere a las relaciones con ellos».
«El amor zero es la experiencia inconmensurable de emparejarse con una personalidad psicopática, con un ser sin alma, sin emociones, a cambio con una gran potencialidad de manipulación, de seducción, de encanto superficial, que lleva a sufrir un tipo de trauma incomparable, que hay que tratar específicamente. Es la experiencia más terrible que quepa atravesar, sus propias víctimas no sienten que están emparejados con personajes de este tipo hasta que el grado de daño está muy avanzado, a veces pasan años o décadas, y requieren un tipo de psicoterapia especializada que les saque adelante, porque están absolutamente devastados emocionalmente».
Según el autor, «nos encontramos ante un imparable proceso de psicopatización creciente y masiva de nuestra sociedad. Los expertos hemos constatado una verdadera epidemia que genera a diario en todo el mundo un largo reguero de víctimas, muy frecuentemente devastadas para el resto de sus vidas. Hoy sabemos que un psicópata al final de su existencia habrá arrasado a un promedio de setenta personas, que habrán quedado destruidas por el huracán del abuso psicopático». De su experiencia en el tratamiento de esas víctimas surgió en 2014 el libro Amor Zero y, ahora, Familia Zero.
«Familia Zero es aquella familia disfuncional en la que los niños han terminado normalizando o trivializando los más severos traumas, no solamente por las violencias físicas directas –que también ocurren– sino también por procesos de abuso emocional, de seducción, de manipulación, que les llevan a fallar en un proceso normal de apego y establecimiento de un vínculo seguro con sus progenitores. Esa ausencia de una base segura de apego les lleva a tener un reservorio de resistencia psicológica frente a los avatares de la vida y se convierten en adultos altamente vulnerables a los enganches con los peores tipos de relaciones sociales y de pareja. Las familias zero terminan victimizando a sus hijos, porque a esa infancia sucede una adultez aún más traumática, que no es más que la repetición de esos patrones con personajes que se parecen mucho a esos progenitores indisponibles emocionalmente, fríos, cuando no violentos o psicopáticos», dice Piñuel.
El fundador de Psicoterapia Zero afirma que, con el confinamiento se agrava la experiencia ya de por si traumática de una familia zero, como ha podido observar en sus consultas. «Los abusos, la manipulación, la violencia, el abandono emocional son aún más dramáticos, porque ya no hay escape, el confinamiento significa un corralito psicológico que hace vivir a los niños de estos entornos familiares tóxicos nocivos un verdadero infierno, en la medida en que no pueden recurrir a otras personas, ni relacionarse, ni tener otras vías de escape, y a padecer mucho más severamente el embate tóxico de estas relaciones disfuncionales no siempre violentas, pero que causan en todos los casos un enorme sufrimiento y estrés emocional. Con aislamiento, se potencia el sufrimiento de las familias zero, se produce una situación mucho más límite. Los psicólogos especializados estamos atendiendo ahora ese padecimiento».
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