Desde los tiempos más antiguos, el número de grandes —y no tan grandes— hombres propensos a la ingesta alcohólica supera al de los sobrios. Carlos Janín ha compuesto un original y completo diccionario, ilustrado con cientos de fotografías e imágenes, donde da cuenta de la estrecha relación que, para bien o para mal, existe y ha existido siempre entre el uso y el abuso del alcohol y la creación artística y literaria. Una relación plagada de contradicciones, ya que lo etílico aparece a la vez como fuente de alegría, motor festivo y exaltación de la amistad, junto al abismo de la desgracia, tobogán hacia la perdición e incluso sentencia de muerte. Tal vez, enfocando la mirada y apretando el paso, podría esbozarse cierta distinción entre las obras y sus autores, siendo las primeras más risueñas, aunque tampoco siempre, y los efectos en los segundos más calamitosos. Léase, en definitiva, con moderación, pues en el justo medio —además de ciertas compañías— puede que esté la clave del buen provecho.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario