El último trago, de Daniel Okrent, la historia más completa y apasionante jamás escrita sobre la Prohibición, un viaje memorable desde los rascacielos y speakeasies de Nueva York hasta los viñedos de California, sin olvidar los pasillos del Congreso o los tiroteos de Chicago y Detroit.
Escribiendo con ingenio y agudeza histórica, Okrent revela cómo se gestó la ley seca, cómo fue la vida durante la Prohibición y cómo este experimento político, tras el cual se ocultaba el odio a los inmigrantes, llegó a su fin. No solo desfilan por las páginas de este libro personajes fascinantes, desde mafiosos como Al Capone o «Lucky» Luciano hasta mujeres extraordinarias como Mabel Willebrandt o Pauline Sabin, sino que Okrent nos muestra que la Prohibición fue clave para la consecución del voto femenino, el crecimiento de las grandes organizaciones mafiosas, la popularización del jazz,la creación del impuesto sobre la renta o la presencia de mujeres en los bares.
El último trago es una historia brillante de la era más desconcertante de Estados Unidos que confirma a Daniel Okrent como uno de los principales escritores de no ficción estadounidenses. Esperamos que sea de vuestro interés.
Cordialmente,
Claudia Casanova, Editora
Daniel Okrent está disponible para entrevistas por email o videoconferencia
«Una obra documentada con sumo detalle, bien escrita y constantemente reveladora sobre lo que hasta ahora ha sido un tema olvidado.» Publishers Weekly
«Un relato sorprendentemente original sobre la era de la Prohibición […]. Una lectura placentera.» The New York Times Book Review
¿Sabías que…?
En los primeros días de la República, la bebida estaba tan íntimamente entrelazada con el tejido social como la familia o la Iglesia. En palabras del historiador W. J. Rorabaugh, «los estadounidenses bebían desde el alba hasta el alba».
En las ciudades, era por todos aceptado que los obreros no acudirían a trabajar los lunes, pues se quedaban en casa curando los ecos y secuelas de la curda del fin de semana.
La marcha hacia la Prohibición empezó en diciembre de 1873, cuando un grupo de mujeres devotas se sentaron frente a los salones y bares de Hillsboro (Ohio).
El alcohol ha sido uno de los principales causantes del movimiento sufragista.
El impuesto sobre la renta hizo que la enmienda de la Prohibición fuera fiscalmente posible, y la revolución social que habían traído consigo las sufragistas la hizo políticamente viable.
A los médicos les fue extraordinariamente bien durante la Prohibición: se tardaba poco en escribir recetas que recomendaban al paciente a tomar «whisky, una cucharada tres veces al día».
Puesto que la ley Volstead permitía a los rabinos distribuir vinos sacramentales a los miembros de sinagogas, el tamaño de las «congregaciones del vino» aumentó explosivamente y tiendas de vino, abrieron en los barrios judíos.
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