«Quiero trabajo, es mi derecho», clama uno de los protagonistas de Mary Barton (1848): en este ambiente de tensión social, agravado por la pobreza y el desempleo, se inscribe la peripecia de una muchacha que coquetea con el apuesto hijo del patrono y desprecia al pretendiente –un antiguo compañero de juegos de la infancia, honrado e inteligente– que daría su vida por ella. Un crimen inesperado somete a la heroína a un dilema crucial y la obliga a reconocer, quizá cuando ya sea demasiado tarde, sus verdaderos sentimientos. Con ella, Elizabeth Gaskell hizo su brillante y polémico debut en la escena literaria inglesa. |
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