La editorial Funambulista (en colaboración con LaVieja Factoría), dentro de su colección Literadura, acaba de publicar “Senderos de gloria”, un clásico de la novela bélica y de la narrativa pacifista que inspiró la película homónima de Stanley Kubrick. Escrita por Humphrey Cobb (traducida para esta edición por Juan José Pulido) la novela se sitúa en la Primera Guerra Mundial, en el escenario de la guerra de trincheras. Un regimiento francés recibe la orden imposible de tomar una posición enemiga inexpugnable, el llamado Grano. Numerosos hombres son barridos por el fuego de ametralladora apenas comienza la ofensiva, que resulta abortada en unos pocos minutos. Pese a las numerosas bajas, los generales al mando organizarán un juicio sumarísimo ejemplarizante contra sus tropas, bajo la acusación de cobardía.
“A falta de treinta minutos para la hora cero, es decir, a las seis y media de la mañana, cada uno de los hombres de la división, desde el general hasta el último soldado, se hallaba en su puesto. Todo el mundo estaba armado y preparado, con la mente puesta sólo en la orden de atacar. Los cañones estaban cargados y apuntando a sus blancos. Los relojes se habían sincronizado. Los mapas, las delimitaciones del terreno y los objetivos se conocían de memoria. Habían reparado las líneas telefónicas y funcionaban sin problema. Las bengalas de aviso se habían inspeccionado y revisado…”
Una novela sobrecogedora, brillante e inteligente. Publicada en Estados Unidos en los años treinta del siglo XX, fue un inmediato éxito de ventas y formó parte del grupo de narraciones que contribuyó a cambiar definitivamente la percepción romántica de la guerra. En esta magnífica novela se basó el cineasta Stanley Kubrick para el guión de su película homónima, interpretada por Kirk Douglas.
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