La asombrosa historia jamás contada de una mujer que trató
de detener el ascenso del fascismo y cambiar el curso de la historia.
«Escrito de una manera brillante y conmovedora, un rincón olvidado de la historia del siglo XX nos ha sido revelado.» [Richard Sennett]
Una mañana de abril de 1926, Benito Mussolini se disponía a marchar de la ceremonia de inauguración de un Congreso Internacional de Cirujanos. De pronto, una banda empezó a tocar el himno fascista y el Duce se giró bruscamente, lo que hizo que una bala disparada a quemarropa desde una pistola le rozase la nariz en lugar de destrozarle la cabeza.
Unos minutos después, gracias al congreso de cirujanos. reapareció su apéndice herido cubierto por una llamativa venda. Para entonces, la policía ya había arrestado a la culpable, una trastornada irlandesa de 62 años de edad llamada Violet Gibson, que dijo que había ido a Italia con dos alternativas; matar al Papa o a Mussolini. Se topó con Mussolini primero.
Considerando la situación por la que pasó , Mussolini reaccionó con una calma ejemplar. ''Imaginaos...., murmuró, una mujer''. Luego capitalizó el incidente para ordenar, magnánimo, que la señorita Gibson fuese liberada y deportada. Cuatro personas intentaron matar a Mussolini durante su ''carrera''. Otro agresor salió ileso el mismo año: escapó cuando cogieron a la persona equivocada (alguien se comió el ''marrón''). Los otros dos fueron condenados a 30 años de prisión.
Violet Gibson, la autora material del atentado, que a punto estuvo de cambiar la historia y de salvar la vida a miles de sus compatriotas, que tuvieron que combatir durante la 2ª Guerra Mundial, fue arrestada y calificada de "una solterona loca irlandesa".
Perdonada por Mussolini y escoltada de regreso a Inglaterra, Gibson fue internada por el resto de su vida en un hospital privado para lunáticos. Podría haber influido en el curso de la Segunda Guerra Mundial pero acabó más de dos décadas encerrada en el mismo asilo en el que había estado el poeta John Clare en 1842 y donde la hija de James Joyce, Lucia, pasó los últimos 30 años de su vida. Su tumba se encuentra a pocos metros de Lucía. Gibson había pedido ser enterrada en otra parte, en la parte católica del cementerio, pero en la muerte como en la vida, ella estaba fuera de lugar.
«Escrito de una manera brillante y conmovedora, un rincón olvidado de la historia del siglo XX nos ha sido revelado.» [Richard Sennett]
Una mañana de abril de 1926, Benito Mussolini se disponía a marchar de la ceremonia de inauguración de un Congreso Internacional de Cirujanos. De pronto, una banda empezó a tocar el himno fascista y el Duce se giró bruscamente, lo que hizo que una bala disparada a quemarropa desde una pistola le rozase la nariz en lugar de destrozarle la cabeza.
Unos minutos después, gracias al congreso de cirujanos. reapareció su apéndice herido cubierto por una llamativa venda. Para entonces, la policía ya había arrestado a la culpable, una trastornada irlandesa de 62 años de edad llamada Violet Gibson, que dijo que había ido a Italia con dos alternativas; matar al Papa o a Mussolini. Se topó con Mussolini primero.
Considerando la situación por la que pasó , Mussolini reaccionó con una calma ejemplar. ''Imaginaos...., murmuró, una mujer''. Luego capitalizó el incidente para ordenar, magnánimo, que la señorita Gibson fuese liberada y deportada. Cuatro personas intentaron matar a Mussolini durante su ''carrera''. Otro agresor salió ileso el mismo año: escapó cuando cogieron a la persona equivocada (alguien se comió el ''marrón''). Los otros dos fueron condenados a 30 años de prisión.
Violet Gibson, la autora material del atentado, que a punto estuvo de cambiar la historia y de salvar la vida a miles de sus compatriotas, que tuvieron que combatir durante la 2ª Guerra Mundial, fue arrestada y calificada de "una solterona loca irlandesa".
Perdonada por Mussolini y escoltada de regreso a Inglaterra, Gibson fue internada por el resto de su vida en un hospital privado para lunáticos. Podría haber influido en el curso de la Segunda Guerra Mundial pero acabó más de dos décadas encerrada en el mismo asilo en el que había estado el poeta John Clare en 1842 y donde la hija de James Joyce, Lucia, pasó los últimos 30 años de su vida. Su tumba se encuentra a pocos metros de Lucía. Gibson había pedido ser enterrada en otra parte, en la parte católica del cementerio, pero en la muerte como en la vida, ella estaba fuera de lugar.
FRANCES STONOR SAUNDERS (Reino Unido, 1966)
Periodista e historiadora inglesa, Stonor Saunders es colaboradora habitual en medios como The Guardian, New Statesman o Areté, siendo especialmente conocida por su trabajo en documentales para la BBC. Comenzó su andadura como realizadora de documentales para la televisión inglesa. Su primer libro de ensayo, La CIA y la guerra fría cultural, fue desarrollado a partir de su anterior trabajo documental Hidden Hands: una Historia Diferente del Modernismo (Channel 4, 1995), y ha sido traducido a más de diez idiomas, resultando ganador del premio Royal Historical Society’s Gladstone Memorial.
Muchas de sus obras reflejan su formación académica como medievalista. Su segundo libro, El Broker del diablo, narra la vida y carrera de John Hawkwood, un condottiero del siglo XIV de origen inglés que hizo una notable carrera en la política de poder del Papado. En 2005, tras algunos años como editora de arte y editora asociada de New Statesman, renunció a su cargo en protesta por el despido de Peter Wilby, el entonces editor. En 2004 y 2005, presentó en Radio 3 Reuniones de Mentes, dos series de tres partes cada una, sobre las reuniones de intelectuales en diversos puntos importantes de la historia. También es colaboradora habitual de Nightwaves y otros varios programas radiofónicos.
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