Alfabia os invita a regresar a terreno Brennan. En esta ocasión abandonamos
los rincones secretos de Manhattan que habíamos visitado anteriormente en sus
celebradas Crónicas de Nueva York para volver al Dublín natal de la
autora, en unas narraciones feroces, con una fuerza inusitada. Unos relatos
hermosísimos y devastadores que suponen un banquete literario de los que hoy no
menudean. Más de uno, boquiabierto, se preguntará cómo es posible que una autora
del nivel de Brennan no sea aún hoy más conocida y admirada.
Las fuentes del afecto. Cuentos dublineses es una obra formada en
realidad por tres ciclos de relatos, todos con la ciudad de Dublín como
escenario: los primeros, con tintes autobiográficos, están narrados y
protagonizados por una niña llamada Maeve; los siguientes se centran en la vida
de dos matrimonios (los Derdon y los Bagot) y se vuelven mucho más implacables,
lacerantes y claustrofóbicos, al mostrar poco a poco el declive, la soledad, el
desamparo y el desencanto de unas existencias que, a través de los años, se
apagan irremediablemente en la incomunicación y el vacío. La sublime
nouvelle que cierra la colección y da título al libro está considerada
por Alice Munro y William Maxwell una de las mejores narraciones de la
literatura en lengua inglesa del siglo XX.
La belleza de estas páginas inolvidables duele, es un apocalipsis a fuego
lento y debería suponer la reivindicación definitiva de Maeve Brennan como
autora.
Maeve
Brennan (Dublín, 1917-Nueva York, 1993) nació en el seno de una familia
irlandesa, católica, romántica y activamente nacionalista. En 1934, su padre fue
nombrado primer embajador de Irlanda en Estados Unidos y toda la familia se
trasladó a Washington. Cuando todos volvieron a Dublín, Brennan decidió
permanecer en los Estados Unidos y se marchó a Manhattan. Fue colaboradora en
Harper´s Bazaar y en The New Yorker. En esta última publicó
una serie de deliciosas crónicas urbanas, bajo el pseudónimo de The
Long-Winded Lady, que Alfabia ha publicado con el título de Crónicas de
Nueva York. Con los magníficos relatos que componen Las fuentes del
afecto. Cuentos dublineses profundamente admirados por escritores de la
talla de Alice Munro, Edna O'Brien o William Maxwell) el lector más exigente
tiene una cita ineludible con el grandísimo talento de
Brennan. |
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