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lunes, 20 de febrero de 2012
222.- Novedades La Esfera de Los Libros
El cerrajero del rey
María José Rubio
En el inicio del siglo XVIII, el joven Francisco Barranco llega a Madrid para trabajar en el taller de José de Flores, con el que aprenderá el oficio del hierro y los secretos de los cerrajeros reales, las únicas personas que guardaban las llaves de todas las puertas del Alcázar real. El muchacho pronto demuestra su extraordinaria habilidad y sus ganas de llegar al ser el mejor dentro del gremio, lo que le granjeará el total apoyo de su maestro y la terrible inquina de otro aprendiz.
Francisco entabla amistad con un actor de comedias que le abre las puertas del palacio de los Goyeneche, donde descubre el amor prohibido por la condesa de Valdeparaíso y se mete de cabeza en los oscuros politiqueos de la corte en una época convulsa en la que Isabel de Farnesio lucha por mantener su poder frente a su hijo, el futuro Fernando VI y su nuera Bárbara de Braganza. Sin saberlo, el cerrajero se convertirá en el centro de una intriga cortesana que busca descubrir una nueva manera de fundir el acero para convertir a España en una nueva potencia bélica.
Varela
El general antifascista de Franco
Federico Martínez Roda
José Enrique Varela (1891-1951) fue uno de los militares españoles más importantes del siglo xx, empezó su carrera como soldado raso y la terminó como capitán general. Compañero de Franco en Marruecos, estuvo al mando de las tropas indígenas, el puesto de mayor peligro para los oficiales jóvenes, y demostró una verdadera capacidad de mando y pericia militar que le valieron dos Laureadas, algo sin igual en el ejército.
Cuando estalló la guerra civil, Franco le puso al mando de las fuerzas que asaltaron Madrid en noviembre de 1936 y, tras la contienda, le nombró ministro del Ejército. Desde este puesto llevó a cabo la supervisión de la transición militar a la paz y la preparación del ejército para los desafíos de la guerra mundial. Por sus profundos principios religiosos y morales, hizo todo lo posible para evitar un compromiso bélico de España con la Alemania nazi. Finalmente dimitió en 1942 tras ser víctima de un atentado perpetrado por unos falangistas. Sin embargo, no perdió la confianza de Franco, que le nombró alto comisario del protectorado de Marruecos en 1945. Allí demostró su amplio conocimiento del país y su talento para administrar, con el mayor respeto hacia sus costumbres y religión, las relaciones con sus habitantes.
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