127.- Espacio para soñar, de David Lynch

David Lynch, a través de sus propias palabras y las de sus colegas más próximos, amigos y parientes, realiza una original incursión en el género biográfico

Un libro magnético y particular
 

  

• Una mirada que ahonda en la vida del singular director a través de las conversaciones que mantuvo su colaboradora, Kristine McKenna, con más de 100 personas allegadas a Lynch.
  
   
• Como una enciclopedia o un libro sagrado, Espacio para soñar desvela pequeños detalles del trabajo y la vida personal del autor.

«Hay muchas trolas sobre mí, tanto en libros como en internet. Quiero recoger toda la información correcta en un mismo sitio, de manera que si alguien
quiere saber algo, puede encontrarlo aquí» 
David Lynch

En este libro singular, a caballo entre la biografía y las memorias, David Lynch se sincera por primera vez acerca de una vida dedicada a perseguir un imaginario único, deteniéndose en las penurias y las luchas que soportó para llevar a buen puerto sus heterodoxos proyectos. Las reflexiones de Lynch --líricas, íntimas y sin tapujos-- parten, capítulo tras capítulo, de las secciones biográficas que aporta su estrecha colaboradora Kristine McKenna, sustentadas en más de cien entrevistas inéditas con exmujeres sorprendentemente francas, miembros de su familia, actores, agentes, músicos y colegas en todo tipo de disciplinas, cada uno con su propia versión de lo ocurrido.

Espacio para soñar  es un libro llamado a perdurar, un pase exclusivo a las bambalinas de la vida y la mente de uno de  los artistas más enigmáticos y sustancialmente originales de nuestro tiempo.

 

«Si esperaban que la biografía de David Lynch fuse como cualquier otra, es que nunca han visto una de sus películas. Un libro fascinante.» 
The New York Times

«Espacio para sonar bien podría ser el evangelio según David. Aquí hay infinidad de informaciones inéditas incluso para los más fanáticos. Y todo esta contado con el formidable encanto de Lynch, una mezcla de entusiasmo juvenil y sabiduría cósmica.» 
The WashingtonPost