«Una novela fantasmagórica sin fantasmas que más allá de su preciosidad formal indaga en la soledad, los bucles en los que giran nuestras vidas y las dificultades insondables del afecto» (Mariana Enriquez). «Barba ha entendido perfectamente la agresividad que a veces define nuestros encuentros románticos, y la limpidez de su prosa es el vehículo perfecto» (The Times Literary Supplement).
«Uno de los grandes escritores españoles contemporáneos» (Ariane Singer, Le Monde). «La protagonista descubre una crisis personal, cuyos distintos hilos va desanudando, entre la incertidumbre y el desasosiego, ya que a medida que se aleja de su vida anterior descubre también otra posible y dotada de un más profundo sentido humano. Lo excelente de la novela es cómo Barba narra ese desprendimiento: con una precisión microscópica en lo que atañe a gestos, miradas, reacciones…, lo cual añade una especial intensidad a un relato también notable por su condición especular, pues son varias las imágenes cronológicas que se van sobreponiendo en un progresivo asedio donde a lo real se le adhiere su reflejo. No es solo el encuentro consigo misma lo que se pretende averiguar, sino también quién es ella para los demás. Y no es nada corriente una vivisección íntima de tal calado» (Ana Rodríguez Fischer, Babelia).
«Un relato intenso, más sugeridor que explícito, escueto y sincopado, sin concepciones descriptivas y bien aderezado con una prosa concisa y antirretórica, que produce un efecto inquietante. En esta novela breve los fantasmas muy reales de la mente cobran vida cierta bajo la fantasía» (Santos Sanz Villanueva, El Cultural).
«Un sorprendente trabajo literario entroncado con la fantasmagoría» (Manuel Molina González, Abril ). «Muestra un trabajo minucioso de condensación y precisión cuyo resultado es una joyita preciosa (...) que contiene un mundo en sí mismo, un espejo y su doble, y se entra de lleno en su juego de seducción intimista, de realidades desplazadas, porque lo fantástico también tiene una lógica cartesiana. Y es mucho más importante que sea verosímil a que sea real, que dentro de su propia lógica todo encaje. Barba lo consigue con maestría» (Adriana Bertorelli, La Lectura). «Hay una serena naturalidad en tanta extrañeza, y una fuerza visual en este mundo fantasmagórico, dentro de una prosa que fluye suavemente, enriquecida por los abundantes y atractivos símiles, que contribuyen a dar corporeidad, presencia física, a los sentimientos, los pensamientos y la imaginación» (J. A. Masoliver Ródenas, Cultura/s). «Andrés Barba inquietante y sólido. El último día de la vida anterior lo reafirma como uno de nuestros escritores más imaginativos en novela corta» (José M. Pozuelo Yvancos, ABC).
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