5.- No desearás la muerte en Venecia

 

No desearás la muerte en Venecia El libro que celebra el 110 aniversario de La muerte en Venecia Ya en librerías   Thomas Mann escribió La muerte en Venecia en 1912 para la revista Die Neue Rundschau, buscando repetir el éxito de Los Buddenbrook. Sin embargo, no sería hasta 1913 que su gran obra maestra se publicaría en formato libro, alcanzando fama mundial. Carlos Clavería Laguarda ha rescatado a los protagonistas venecianos para imaginar una continuación de sus historias. Protagonizan los dos relatos de este libro Tadeusz von Stadion, exgeneral alemán, y Tadeusz Latalski, partisano proletario: dos proyecciones del mismo Tazio de Thomas Mann.   Para solicitar ejemplares podéis escribir a prensa@altamarea.es   ISBN: 978-84-19583-24-6 | Págs: 184 | Formato: 13,5 x 20,5 cm   P. V. P.: 18,90 € | Colección: Barlovento

«En aquel momento, ante aquella mirada anónima, supe que la retórica nos había alcanzado por igual, aunque estuviéramos en bandos contrarios. A él le quedaba todo el desafío por delante; a mí, toda la culpa y toda la vergüenza». SINOPSIS Las dos novelas que componen esta obra bicéfala cuentan la vida, primero, de Tadeusz von Stadion, un condecorado exgeneral del ejército alemán activo en las dos guerras mundiales, y, después, de Tadeusz Latalski, proletario polaco, comunista y bohemio partisano perseguido por los nazis en Italia; dos proyecciones de una misma persona, el bello Tazio de La muerte en Venecia, testigo privilegiado del fin de una época encarnada en la mirada deseante y languideciente del escritor Gustav von Aschenbach. A los dos Tadeusz, distantes y diferentes el uno del otro pero unidos inexorablemente como las caras de una moneda, el destino les depara sorpresas y coincidencias inesperadas. No desearás la muerte en Venecia, juego de espejos y tributo a la obra maestra de Thomas Mann, entrelaza dos vidas que, como dos lentes, sirven para examinar las fibras más sensibles del siglo XX; dos caminos marcados por la guerra y trazados por las decisiones irreversibles de cada uno, que condicionan —o atormentan— una existencia sostenida por los pilares del deber, la responsabilidad y el arrepentimiento.