«Después de un largo y reposado silencio, regreso a la novela. Como escritor siempre he pensado que, si no tienes nada interesante que decir, mejor permanecer callado.
Sin embargo, el silencio nunca es absoluto en un escritor y ya hace algunos años que me rondaba por la cabeza una idea: encarar a dos generaciones muy distintas, una con un pie en la vejez y el lastre de un largo pasado y otra con toda la vida por delante, con sus temores y expectativas. En realidad, se trataba de algo tan sencillo como basarme en mi propia experiencia: qué era lo que me sostenía, qué cargas llevaba y cómo me las apañaba para ilusionarme con cualquier cosa disponiendo cada vez de menos tiempo. Y, por el otro lado, lo más importante: a qué futuro, como un pozo profundo del que no puedes ver el fondo, se enfrentaban mis hijos, los hijos de todos nosotros. Así nació La curva del olvido.
Fue laborioso meterme en la cabeza de sus cuatro protagonistas. Pero eso es lo más bonito del oficio de escribir, ir conociendo a tus personajes. Llega un momento en que ya sabes cómo son, cómo piensan y sienten, sus sueños y sus miedos, de qué manera se expresan. También la facilidad que tienen para sorprenderte, sus múltiples facetas. He intentado transmitir todo eso, y también lo bien que lo pasé reviviendo con mis protagonistas la Ibiza de 1968, un año históricamente apasionante en el que, fogonazos de la memoria, yo andaba por allí correteando mi adolescencia.»
PEDRO ZARRALUKI
21 de septiembre de 2021
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