Asís Taboada, una joven atractiva y prematuramente viuda, se despierta una mañana con una fuerte resaca, provocada por los excesos que, bajo un solo indómito, ha cometido el día anterior en la feria madrileña de San Isidro, adonde acudió acompañada de un galán seductor y calavera, el gaditano Diego Pacheco. Aunque la moral de la época lanza constantes alertas para que se olvide de ese pretendiente y se busque a alguien más formal, ella no lo tiene tan claro. Cien años después de la muerte de Emilia Pardo Bazán, Insolación sigue siendo una novela divertida, profundamente castiza y al mismo tiempo, desafiando los clichés, de una modernidad más que notable. El pintor Javier de Juan ha puesto imágenes a esta obra independiente y libre que se adelantó a la época en su defensa feminista. El texto ha sido fijado y anotado a partir de la primera edición, publicada por Sucesores de N. Ramírez y C.ª en Barcelona, en 1889.
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