Una reflexión sobre la forma en que el arte influye en la realidad y en que la realidad distorsiona el arte. Una novela tan política como personal que mantiene a Juan Villoro como un testigo excepcional de nuestro tiempo.
«Villoro se identifica tan estrechamente con la Ciudad de México que es imposible imaginar cómo se puede conocer uno sin el otro, razón por la cual sus escritos emplean consistentemente el “nosotros” comunal.» Los Angeles Times Juan Villoro arma una absorbente novela que, en realidad, es una metáfora del México contemporáneo: corrupción, violencia, narcotráfico… Pero al mismo tiempo es una reflexión sobre la relación entre el arte y la realidad, es decir, sobre la responsabilidad que adquiere un artista –en este caso, un cineasta– cada vez que decide mostrar el mundo desde un determinado punto de vista. Como dice uno de los personajes de la novela: «Ustedes creen que el arte no tiene que ver con el delito, pero a veces, muchas veces, el arte es un delito». |
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