Este mes hemos perdido la cabeza del todo, rematadamente. Debe de ser que la primavera nos altera y lo ha dispuesto todo para que coincidieran en mayo un puñado de tebeos de los de perder la poca cordura que se nos supone a los que nos gustan los tebeos. Y es que no es para menos: en unos días podréis buscar respuestas a la vida en La única voz, la inquietante obra de Tiziano Angri; dejaros conducir a los abismos con la hipnótica Unreal City, de DJ. Bryant, o hundiros en la bella sordidez de El borbah, de Charles Burns, en su nueva presentación; y si todo esto os ha dejado para el arrastre, por fin llega Soppy, el fenómeno de Philipa Rice, como un bálsamo para vuestras heridas y para mantener viva la esperanza en la humanidad. Incluidos los lectores de cómics.
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