Cuando algo no
sirve para lo que fue concebido, hay que prescindir de ello. Más o menos esto es
lo que sucede con el DRM: lo que nació con el objetivo de evitar la piratería y
la copia ilegal de contenidos protegidos por derechos de autor, ya no cumple su
función, si es que alguna vez lo hizo. Es más, para la mayoría de los usuarios
supone una dificultad –no diremos una barrera- en el proceso de compra y de uso
de ediciones digitales.
Desde la
editorial tenemos muy clara la apuesta digital, y paso a paso estamos trazando
una línea con la intención de favorecer una experiencia de lectura digital lo
más simple y sencilla posible para el lector.
Creemos
firmemente que el DRM es un claro freno a esta política.
Quienes
infringen los derechos de autor por militancia nunca, o rara vez, van a comprar
ni un libro ni un disco ni una película. De esas infracciones de los derechos de
autor, del lucro ilegal de dichos contenidos, sí que deberían ocuparse los
tribunales y los gobiernos.
La piratería
es algo contra lo que seguiremos luchando, y la eliminación del DRM, aunque
parezca contraria a esa idea, no lo es. El lector que compra ebooks los prefiere
sin DRM. Al lector que no compra le da lo mismo que lleven DRM o que no lo
lleven. Tenemos que facilitar las cosas para que cada vez compense menos la
descarga ilegal.
El DRM,
además, supone un coste fijo adicional para el editor por cada descarga que
genera. Si su función, y por ello pagamos, es evitar que se produzcan copias no
autorizadas y no se consigue, ¿por qué seguir utilizándolo? Es un coste menos
que puede permitirnos ofrecer precios más competitivos para el lector
final.
Junto a la
eliminación del DRM, con el objetivo de buscar y favorecer al lector allá donde
pueda estar, estamos aplicando una política de precios que sitúa el catálogo de
Roca en un precio
medio por debajo de los 6 euros de pvp. Creemos que esa franja de precios sí que
puede ser un impulso para que no valga la pena la descarga de contenidos
digitales pirateados.
Igualmente
hemos decidido asumir desde el primer momento el reciente incremento del IVA,
(del 18% al 21%) aplicado por el gobierno de España. Porque no nos parece que
un libro, a pesar de que sea digital, tenga que soportar el mismo IVA que un
artículo de lujo.
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