Julius
Van Daal
Bello
como una prisión en llamas
Breve
relación de los Gordon Riots
Traducción de Federico
Corriente
ISBN:
978-84-940296-4-6 | Logroño, octubre de 2012 | 120 págs. | 10 € | 12 x 17 cm | pepitas@pepitas.net | www.pepitas.net
Bello
como una prisión en llamas
narra un episodio de la historia de Inglaterra mal conocido en ese país y
completamente desconocido por estos lares: la primera gran insurrección
proletaria de la era industrial.
A
comienzos de junio de 1780, la aprobación de una ley considerada «papista»
desencadenó un monumental motín que, sin jefes ni doctrinas, y abundantemente
regado con ginebra y otras bebidas etílicas, desembocó en una gran
fiesta
popular a lo largo y ancho de la que entonces era la ciudad más grande de
Europa: Londres.
Al
grito de «¡No a la esclavitud!» se quemaron las casas de los políticos, se
socializaron
las destilerías, se destruyeron los símbolos de la opresión y se incendiaron las
prisiones, no sin antes poner en libertad a los pobres (sus moradores
habituales).
Esta
breve narración viene a mitigar el desconocimiento, la ocultación y la
deformación de estas jornadas, que por olvidadas nos resultan aún más
memorables.
*
* *
[…]
De la noche, de los slums
de
Whitechapel o de Southwark, de los tugurios y albergues, de los talleres y los
puertos, de los burdeles y las tabernas, surgen decenas de millares de pobres
insomnes y sin futuro. Se burlan del papa y del rey, de los tories
y
de los whigs,
de los ritos y de las rentas, del arte de gobernar y del de administrar. Quieren
cortarle la lengua a los sermoneadores o devorar la mano que les arroja las
migajas de la expansión mercantil, suprimir las leyes y la autoridad para que
todo sea de todos y ver arder los presidios en una ciudad abandonada por los
ricachones y los peces gordos. Ansían apasionadamente el fin del orden
existente. Arden en deseos de realizar el viejo sueño de Cucaña de las grandes
insurrecciones londinenses: ver por fin echar clarete a las fuentes públicas.
[…]
*
* *
Julius
Van Daal
nació en París durante la guerra de Argelia. La mayor parte de su existencia ha
transcurrido de arrabal en extrarradio, y así sigue. Tras desertar precozmente
de la escuela, probó varios meses de salariado, lo que le decidió a evitarlo y a
criticarlo en actos. Estuvo entre los redactores del desplegable À
bas le prolétariat, vive le communisme,
y de los periódicos L’Exagéré
y Mordicus
antes de participar, en 1993, en la fundación del colectivo editorial
L’insomniaque, que sigue animando en 2012. Entre sus traducciones se encuentran
Boxcar
Bertha,
de Ben Reitman, y Utopies
pirates,
de Peter Lamborn Wilson. También es autor de un libro ilustrado sobre la
revolución española, Le
rêve en armes.
Primera
reseña, en FronteraD:
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