TE GUSTA EL ARTE AUNQUE NO LO SEPAS
DESCUBRE POR QUÉ LA HISTORIA DEL ARTE TE REPRESENTA
SARA RUBAYO
Es más que probable que seas de los que piensa que el arte clásico es tan bonito como aburrido. Y del arte contemporáneo mejor ni hablamos... Todo parece secuestrado por una «élite selecta y académica» con la que no te identificas.
Pero, en realidad, la historia del arte tiene más que ver con tu vida y tus problemas de lo que te imaginas, y responde a muchos de los porqués de la historia, pasada y presente. A veces al arte le da por ser refinado y exquisito, y se propone cumplir normas, igual que nosotros cuando empieza un nuevo año; pero otras veces explora caminos nuevos y se salta las reglas. Los grafitis, por ejemplo, ¡existen desde la época de los egipcios!
Sara Rubayo, historiadora del arte y divulgadora cultural, nos propone en Te gusta el arte aunque no lo sepas una visión de la historia del arte que no conocías, en la que descubrirás que, efectivamente y aunque todavía no lo sepas, te gusta el arte, y que su historia es tu historia.
«Pero si esto del presentismo es grave porque da alas a la gente para jugar a ser jueces a través del tiempo con obras de arte, no te cuento el tema de la cultura de la cancelación. Esta cancelación sucede cuando se juzga la moralidad de los artistas del pasado bajo el prisma social y cultural de nuestro presente. La cuestión es altamente peligrosa, porque estamos de acuerdo en que no se puede separar la obra del artista y que los hechos vividos por dicho artista constituyen su contexto vital, un contexto que nos ayuda a comprender las obras. No podemos cancelar a los artistas que hayan tenido una vida moralmente no aceptable, porque lamento decir que en ese caso nos quedaríamos sin artistas, pocos se salvan». p. 26
«Te aseguro que si observásemos el arte más allá de su utilidad y significado y nos centrásemos tan solo en la evolución de su forma y apariencia desde el año 40000 a. C. hasta la pintura de vanguardias, veríamos que es totalmente cíclico, o mejor dicho, fractal. Simplificándolo mucho, da la sensación de que desde los albores de la humanidad hasta el siglo XX el arte va fluctuando entre la esquematización y el realismo sin parar». p. 30
«[Q]uiero destacar el importante y creciente impacto del papel desempeñado por las mujeres en la sociedad durante el Rococó. Ellas asumieron fuerza en la política en toda Europa y se volvieron generosas patronas de arte y formadoras de gusto. Tal es el caso de la mismísima María Antonieta, las amantes reales Madame de Pompadour y Madame du Barry. También el de las emperatrices Catalina la Grande y María Teresa I de Austria, quienes organizaron varios salones importantes, igual que los de Madame Geoffrin, Madame d’Épinay y Madame de Lespinasse, entre muchos otros. Mujeres emprendedoras y valientes que apoyaron e impulsaron la creación artística de otras mujeres. El boom femenino también traspasó las fronteras del poder y en pintura tenemos muchos más ejemplos que el famoso trío lalalá de la pintura rococó masculina: Jean-Antoine Watteau, François Boucher y Jean-Honoré Fragonard. Estoy hablando de mujeres con un talento artístico y una proyección profesional a la altura de los tres mencionados; pintoras de corte con talleres propios, admitidas en las Academias Reales de Pintura, con encargos nacionales e internacionales». pp. 172-173 «Los artistas neoclásicos querían modificar la realidad a base de normas sacadas del pasado. Los románticos querían huir de la realidad sucumbiendo a un paisaje sublime o cayendo en el sueño eterno. Los realistas asumían la vida con resignación». p. 196
«El hecho de que las cámaras fotográficas fueran capaces de plasmar la realidad de una forma mecánica y más sencilla que la pintura en un principio hizo que no se tomase el invento como una nueva rama artística que entrañase conocimientos para ser usada, y esta fue la causa por la que muchas mujeres encontraron su lugar en la fotografía, por lo que es destacable el número tan considerable de fotógrafas, sobre todo en los primeros años, como Anna Atkins, Geneviève Élisabeth Disdéri, Hilda Sjölin o la española Amalia López Cabrera, entre muchas otras. Y, por supuesto, ellas fueron las pioneras de la fotografía y la fotografía artística al experimentar con los encuadres, composiciones y revelados, y abriendo los primeros estudios fotográficos».
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