En librerías desde el pasado 24 de febrero, Alfaguara ha publicado Los hijos del volcán, la esperada nueva novela de Jordi Soler. El autor mexicano afincado en Barcelona plantea un relato salvaje que muestra las profundas fracturas sociales de su país que, en su base, responden a criterios raciales, y de las que, nacido en el seno de una familia privilegiada, fue consciente desde niño.
Él era el puente entre el pueblo y la montaña, pertenecía a los dos mundos.
Tikú, el hijo del caporal de la plantación cafetera La Portuguesa, siente desde niño en su interior una fuerza desconocida y brutal que marca toda su vida. Es la voz de adentro, que a ratos asume como propia y cuyos mandatos de muerte y destrucción resultan imposibles de ignorar.
La selva, que parece querer engullir todo lo que la rodea, marca un destino descivilizador para Tikú: tras abandonar primero La Portuguesa y luego su trabajo como maestro, lejos de los suyos y solo acompañado por un coyote y por los santos que protegen los cuatro rumbos de la montaña, se acerca cada vez más a la tribu ancestral y misteriosa que puebla las zonas más secretas de ese territorio agreste y hostil: los hijos del volcán.
El estado mexicano de Veracruz sirve a Jordi Soler para desplegar una geografía variopinta y evocadora, a unos ratos inhóspita y a otros exuberante, un territorio que tan pronto resulta amenazador que mágico, en el que saltamos sin escalas de la inclemencia o brutalidad a la carga mítica o poética. Con una prosa precisa, deslumbrante y sensorial, el autor relata un mundo de aliento mítico, violento y lleno de supersticiones en el que no parecen regir otras normas que las que impone la naturaleza. |
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