Nueve espejos de la reina ciega, su último libro, que supone un giro muy importante respecto a todo lo anterior. En un ejercicio solipsista y desasosegado, el poeta se adentra en el territorio de lo incierto, aquel en el que solo resuenan las preguntas y las respuestas se escabullen. Un territorio donde la realidad es puro sueño y todo se diluye en la fuga del tiempo, hasta la propia identidad.
Junto a este libro esencial, se da Tus palabras son nieve, que se compone de cuatro cuadernos independientes que enlazan con su poesía anterior –la que hace de la palabra un ariete contra la convención social y de la vida y la naturaleza un don contemplativo sin más– y que, de alguna manera, prefigura este último.
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