Alfaguara publica Miss Marte, la nueva novela del periodista Manuel Jabois. Ambientada en el trasunto de un pueblo ubicado en la dura Costa da Morte gallega, Jabois compone, a partir del testimonio de diversos testigos y voces, un emocionante puzle cargado de sentimiento contenido y un final desbordante.
«[Jabois] hace con las palabras como hacía Cartier-Bresson con la fotografía, atrapar el instante.»
Eva Pérez Sorribes, Heraldo de Aragón
Mai, Miss Marte, es una chica que aparece como caída de otro planeta y cambia la vida de todos a su alrededor. Con una narración a caballo entre el documental y el periodismo de investigación, la novela intenta responder al misterio que rodea la desaparición de la pequeña hija de Mai con una narración cargada de silencios y de «verdades piadosas»; aquellas cosas que no se deben decir precisamente porque son ciertas.
—¿Es verdad que eres Miss Marte?
—Sí, es que allí hay otro canon.
Junio de 1993: Miss Marte sucede en Xaxebe, un pueblo ficticio de las Rías Baixas. Allí, al llegar junio, empiezan a aparecer veraneantes que se mezclan con los jipis que acampan en las playas y con los chicos del pueblo, que disfrutan también de la temporada mientras echan una mano en los negocios familiares. Mai Lavinia, una adolescente con una hija de dos años llamada Yulia, llega a Xaxebe y se integra pronto en una de esas pandillas; la de Santiago, de dieciocho años. El mismo día en que se ven, ya están tan enamorados como si se conocieran desde siempre.
Un año después de ese encuentro y de ese enamoramiento súbito, Mai y Santiago se casan. La hija de Mai cumple ese día tres años, y lleva las arras en la ceremonia. Ya avanzada la noche, un invitado alarma a todos los presentes con un grito que ninguno podrá olvidar: «¡A nena non está!». Yulia ha desaparecido para siempre.
Febrero de 2019: Berta Soneira, la periodista de moda, que se ha hecho famosa por sus reportajes incisivos y su carácter imprevisible, llega a Xaxebe con el objetivo de rodar un documental sobre aquel suceso de veinticinco años atrás. Para ello, cuenta como ayudante con Nico, íntimo amigo de los novios, que le presenta a todos los que estaban allí y le ayuda a abrirse camino entre las medias verdades y los recuerdos mezclados de todos ellos. Así oímos el relato del alcalde, el del padre del novio, el del jefe de policía que hizo la primera investigación, o el del periodista tronado que dio una pista importante, además de a muchos amigos y vecinos, que tienen cada uno su teoría.
Tras diez días de rodaje, Berta y Nico tienen declaraciones, voces y caras suficientes para armar un puzle que muestre la verdad, o que al menos abra una puerta a la verdad.
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