ENTREVISTAS CON LA AUTORA EN MADRID
EL LUNES 3 DE FEBRERO
Lo bueno de tener un mal día habla sobre las emociones, sobre la importancia de escucharlas y atenderlas y no guardarlas en un cajón. Pocos refranes han sido más perjudiciales que ese que dice “al mal tiempo hay que ponerle bueno cara”, para esta psiquiatra “al mal tiempo hay que ponerle lágrimas y tristeza y, al buen tiempo, sonrisas y alegría”.
Vivimos en una sociedad en la que vamos tan rápido de una actividad a otra que no dedicamos ni un minuto a ver cómo estamos, cómo nos encontramos, a escucharnos. Una sociedad que parece que lo único que persigue es alcanzar la felicidad máxima, pero ¿y no está la felicidad sobrevalorada? Estamos enganchados a la quimera de la felicidad permanente y esa adicción hace que no disfrutemos de lo que vivimos, que nos sintamos insatisfechos constantemente.
Por qué no hay que darle vueltas a lo que nos ocurre; por qué después de dormir las cosas se ven de otra forma; por qué nuestros antepasados llevaban mejor la pérdida de alguien cercano; por qué la obsesión por la estimulación precoz del cerebro de los niños; por qué una misma situación afecta de forma tan diferente a las personas; la reacción corporal de las emociones; los nudos emocionales; ¿es la cara el espejo del alma? … Son algunos de los temas que la prestigiosa psiquiatra trata en este libro en el que nos deja muy claro que cuando decimos que “estamos bien” o “estamos mal” no estamos hablando de una emoción, sino de una mezcla de emociones que hay que desgranar, como un puzzle.
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