¿Cuantas puertas refleja un espejo ante una puerta? ¿Dónde se acaba el infinito de la curiosidad? Con regusto a literatura gótica, El castillo de Bárbara propone una visita al género de lo prohibido, al lugar donde nadie puede entrar, porque está cerrado por los candados que solo abre el juego de llaves que Barbazul oculta entre los pliegues de su ropa. Mediante estancias a modo de capítulos, Antonio Sánchez Jiménez ofrece un viaje que mezcla horror, ingenuidad, humor y mucha sangre, porque solo de la herida surge la pasión. Una metamorfosis en busca de lo enigmático, para lograr esa sensación intangible que en la noche pone los pelos de punta y hace latir al corazón con la fuerza que solo provocan los fantasmas. Un juego fantástico donde los elementos clásicos se mezclan con nuestra realidad cotidiana, logrando una verosimilitud que resulta inquietante.
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