Condenada por adulterio, Hester Prynne se ve expuesta a la humillación pública en la picota del pueblo, con su hija Pearl en brazos. Todos la miran con reprobación, como si en ella pudieran descargar sus propias culpas, y miran también la letra A, de un rojo tan intenso como el pecado cometido, que deberá portar para siempre como distintivo de su deshonra. El doctor Chillingworth, un forastero que disfruta dando largos paseos por el bosque mientras recoge distintos tipos de plantas para preparar sus brebajes, y el reverendo Dimmesdale, un sacerdote ejemplar que, en virtud de sus sermones y su conducta intachable, es objeto del fervor de la comunidad, completan el triángulo.
Inmersos en una dinámica articulada por el deseo, el amor, la culpa y la venganza, la interacción entre estos personajes genera una gran tensión, que irá creciendo en ellos hasta desbordarlos por completo. Desesperados, dejarán caer los velos que hasta entonces habían cubierto sus secretos más profundos. Pero ni aun así lograrán despojarse de su pesada carga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario