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En Naturaleza muerta con pájaro carpintero el lector tendrá
que vérselas con el origen extraterrestre de los pelirrojos, el uso de la
dinamita con fines filosóficos, cajetillas de Camel que abren puertas
dimensionales, la irresoluble diatriba entre el individualismo romántico y el
compromiso social. Y mucho más. Hawái. Aullidos a la luna. Pirámides. Ranas.
Princesas. Cocaína. Chihuahuas. Y la pregunta de las preguntas: qué hacer para
que el amor perdure.
Esto no es del todo una locura: es una novela de Tom Robbins. |
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«Un
narrador de talla mundial.» Thomas Pynchon «Tom Robbins es uno de nuestros
mejores novelistas.»
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The New York Times
«Tom
Robbins es magnífico.»
-
Graham Greene
«El
escritor más peligroso del mundo. »
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Fernanda Pivano, Corriere della Sera
«Uno
de los novelistas más divertidos y salvajes del mundo.»
-
Financial Times
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ICONO
DE LA CONTRACULTURA AMIGO DEL APÓSTOL DEL LSD, TIMOTHY LEARY CONSIDERADO UNO DE
LOS PADRES DE LA CULTURA POP BEST-SELLER EN EE.UU., FRANCIA, ITALIA, ALEMANIA...
ADMIRADOR DEL MÍSTICO OSHO Y DEL PSICONAUTA Y ETNOBOTÁNICO TERENCE MCKENNA
ADAPTADO POR GUS VAN SANT
¡Descubre
a Tom Robbins!
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Thomas Eugene Robbins, «Tom» Robbins (22 de julio de 1936, Blowing Rock,
Carolina del Norte), considerado uno de los padres de la cultura pop, es un
novelista estadounidense estrechamente vinculado a la contracultura y a muchas
de sus tesis. A los veinte años se fue a Nueva York para convertirse en poeta
beat, pero todo quedó en suspenso cuando tuvo que enrolarse en el ejército,
donde pasó tres años (la mayor parte del tiempo en Corea). A su regreso,
continuó con sus estudios de arte en Richmond Professional Institute. En 1964
se instala en Nueva York, donde conocerá a Timothy Leary (con quien tomará
LSD); marcha junto a Allen Ginsberg en favor de la legalización de la marihuana
y se sumerge de lleno en la revolución psicodélica. En 1967 descubre su voz
literaria escribiendo la crítica de un concierto de los Doors (que según él
consiste en «la de un individuo bien informado, libidinoso y orgulloso de serlo,
ilustrado y amante de las asociaciones libres, que disfruta plenamente de esa
broma cósmica que es la existencia humana»). Con la publicación de su primera
novela, Another Roadside Attraction (1971), se convierte en un autor de
culto entre los estudiantes, como ya ocurriera anteriormente con Salinger o
Kerouac, condición que se verá confirmada y ampliada en los años sucesivos
con Even The Cowgirls Meet The Blues (1976), Still Life With
Woodpecker (1980), Jitterbug Perfume (1984)... En la actualidad,
cuenta con un gran número de seguidores tanto en EE.UU. como en otros países
de Europa (Francia, Alemania o Italia). El estilo de Robbins puede entroncarse
con la literatura posmoderna y sus novelas, que suelen tener un fuerte
componente humorístico e incluso irreverente, esconden profundas refexiones
sociales y filosóficas. Gran amigo de Terence MacKenna (1946-2000), psiconauta,
filósofo y etnobotánico americano cuya influencia se deja translucir en varias
de sus obras, Robbins es a su vez un admirador del místico hindú Osho y ha
colaborado en publicaciones como Esquire, Playboy, GQ
o Life. En 1993 Gus Van Sant llevó al cine Even The Cowgirls Get
The Blues y en el año 2000 fue incluido en la lista de los 100 Mejores
Escritores del siglo XX de la revista Writer’s Digest. La crítica
italiana Fernanda Pivano lo catalogó como «el escritor más peligroso del
mundo». Actualmente reside en La Conner, en el estado de Washington. Divertido y
subversivo, accesible y profundo, filosófico y juguetón, erudito, talentoso y
gamberro, Tom Robbins no tiene problema alguno en hacer temblar cualquier tipo
de convención, ya sea literaria o moral. Para Robbins la literatura es un
ejercicio, una celebración de la alegría y la imaginación. |
Muy pronto, a finales de noviembre y de la mano de Ediciones Alfabia, Tom
Robbins aterrizará, por fin, en las mejores librerías de este país.
CARTA
DEL CÉLEBRE FORAJIDO BERNARD MICKEY BRONCO, EL «PÁJARO CARPINTERO», A SUS
LECTORES:
Amo
las manos calientes de la explosión, amo la brisa perfumada con el diabólico
olor de la pólvora (de un efecto tan similar al del aroma celestial del sexo).
Me encanta la manera en que la arquitectura se disuelve bajo el ímpetu de la
dinamita, casi a cámara lenta, despedazándose delicadamente, derramando
ladrillos como si fuesen plumas, las esquinas deshaciéndose, las deprimentes
fachadas resquebrajadas en múltiples sonrisas, las vigas arrugándose y dando
su existencia por acabada, toneladas de escombros totalitarios arrasados
mientras se forma un tsunami circular de aire. Me fascina esa preciosa fracción
de segundo en la que el cristal de una ventana se vuelve elástico y se abomba
hacia afuera como si fuese una pompa de chicle justo antes de explotar. Adoro
cuando los edificios públicos se vuelven por fin verdaderamente públicos, sus
puertas abiertas de par en par a los ciudadanos, a los animales, al universo:
¡vamos, queridos, pasad! Y disfruto de la inhalación final del humo. Y, sí, me
gusta ese mito tan trillado del fuera de la ley, el romanticismo sonrojante del
forajido; me divierte la manera que tienen los hombres respetables de decir
«fuera de la ley» con gesto despectivo y la manera de decirlo, entre
palpitaciones, las muchachas: «fuera de la ley». La barca del proscrito navega a
contracorriente, y eso también me encanta. El retrete del fugitivo es el mismo
que el del tejón, y me encanta. Todos los transgresores son fotogénicos, y me
encanta. «Cuando la libertad es una infracción, solo los infractores pueden ser
libres» : eso aparecía pintado en una pared en la ciudad de Anacortes, y me
encanta. Existen mapas fuera de la ley que indican dónde se ocultan tesoros
fuera de la ley, y tengo que reconocer que me gustan especialmente esos mapas.
El renegado, sin ninguna intención de esperar a que la humanidad mejore, vive
como si ese día ya hubiera llegado, y eso, de entre todas las cosas, es la que
más me gusta.
Bernard
Mickey Bronco, el Pájaro
Carpintero.
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