La Feria del Libro ha sido un completo desastre. Djuna y Soriano no han vendido ni un solo ejemplar y su próximo objetivo es regresar a casa y comerse cuatro pollos asados. Pero el camino de vuelta (la carretera que les llevará al mar) se convertirá en un infierno de insólitas proporciones. Paradójicamente, todo se tuerce en una recta y, a partir de ahí, la noche dejará de existir como tal para dar paso a una aventura llena de peligros, decisiones que tomar y estrambóticos lugares y personajes que parecen extraídos de las mazmorras de un manicomio sobrenatural.
Nuestros dos protagonistas utilizarán el tanteo, la ofuscación, sus conocimientos literarios y ciertas artimañas detectivescas, y nos demostrarán sus dotes a la hora de empinar el codo. Pero ¿será suficiente para sobrevivir en la carretera del infierno? Es más, ¿quién se esconde en el monasterio de El Ángel Caído? ¿Por qué Mark Twain persigue a Jane Austen con una tibia kilométrica? ¿De qué forma se puede salir de un espejo de obsidiana azteca? ¿Y qué pinta un guacamayo en todo esto? Bienvenidos, pues, a la primera aventura de Djuna y Soriano y su Oficina de Peligros.
Una historia surrealista que no deja ningún género al margen. Desde el noirmás lunático hasta el pulp más descacharrado. Un road trip nocturno (de corte humorístico) en el que se mezclan la metaliteratura, el espionaje, los misterios cabalísticos o las aventuras victorianas.
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