Es la primera vez que me toca un Nobel: Olga Tokarczuk, premio Nobel 2018. Lo primero que sientes es euforia. Luego reflexionas.
La lotería nos ha tocado con El alma perdida, un libro contratado hace meses, al que se había hecho muy poco caso internacionalmente, a pesar de contar ya con una Mención Especial en el Premio de la Feria de Bolonia 2018. Qué curioso.
Entre tú y yo, sí sé por qué nadie lo había publicado todavía en nuestro ámbito lingüístico. Es un libro "raro", no es infantil, es para todos los públicos (eso que ahora se llama "crossover"). Y sobre todo, El alma perdida ofrece unas ilustraciones de una belleza abrumadora, sin concesiones, y quizá su exceso de belleza sea un problema. Los prejuicios del "es demasiado artístico".
Las ilustraciones de Joanna Concejo apelan a tus paisajes interiores para contar el texto de Olga Tokarczuk, que nos habla de una enfermedad común hoy: la celeridad. Por suerte, además, nos da un remedio visual, un regalo para tus sentidos.
El alma perdida es novedoso en otro sentido, se trata del primer premio Nobel que ha concebido un libro originalmente dentro del género álbum. Lo que implica un paso trascendental en la madurez del álbum ilustrado.
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