EL DESCENSO ANNA KAVAN
Traducción de Ainize Salaberri, 2019
Esta colección de relatos, mayoritariamente interrelacionados y en gran parte autobiográficos, dibujan el camino descendente de la narradora desde la primera neurosis hasta el encierro final en una clínica suiza. El retrato de la paranoia, de la persecución por parte de un enemigo o de una fuerza innombrada, recuerdan a El proceso de Kafka, escritor con el que a menudo se ha comparado a Kavan. Su estilo contenido y profundamente personal, sin embargo, aparecen lejos de ningún modelo. Y los personajes recurrentes –el inútil asesor de la protagonista, el amigo/amante que la abandona en la clínica o el elenco de engañosos compañeros– se nos muestran sin deje alguno de rabia, autocompasión o sentimentalismo, lo que la distancia también de otras obras escritas en torno a la inestabilidad mental. La extraordinaria carrera literaria de Kavan ha sido aclamada por China Miéville, Patti Smith, J. G. Ballard, Anaïs Nin o Doris Lessing. Con ecos de clásicos distópicos como La rueda celeste, de Le Guin, Cuna de gato, de Vonnegut, y Rascacielos, de Ballard, su nombre debe añadirse al canon esencial del pavor y la ciencia ficción.
«Ella es la heredera de De Quincey y la hermana de Kafka.» BRIAN W. ALDISS
Anna Kavan nació con el nombre de Helen Woods en Cannes, probablemente en 1901, y vivió su infancia entre Europa y Estados Unidos. Comenzó a escribir cuando vivía en Birmania con su primer marido y publicaba con el nombre de casada, Helen Ferguson. Al final del fracaso de su segundo matrimonio sufrió el primero de una serie de ataques nerviosos que la llevaron al ingreso en una clínica suiza. De allí saldría con una apariencia y un estilo literario muy distintos, además de un nombre nuevo: Anna Kavan, la protagonista de su primera novela Let Me Alone, publicada en 1930. La peripecia vital, así como la adicción a la heroína y los brotes periódicos de enfermedad mental, aparecen de forma recurrente en su obra. La primera escrita en esta línea fue «El descenso», recogida en la presente antología. La última y más celebrada sería Hielo, poco después de publicada la cual, en 1968, moriría la autora.
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«Una extraordinaria muestra del poder que tiene Anna Kavan para explorar el sombrío universo de nuestros sueños, fantasías y sinrazones.» ANAÏS NIN
«Siempre pensé que pertenecía a la gran tradición subjetiva femenina: Virginia Woolf, Djuna Barnes, Anaïs Nin.» LAWRENCE DURRELL
«Una de las escritoras modernas más misteriosas. Anna Kavan creó un mundo ficticio fascinante. Pocos novelistas contemporáneos podrían igualar la intensidad de su mirada.» J. G. BALLARD
«No existe nada parecido a estos relatos. Aquí la soledad de la infancia se convierte en una realidad física tan alucinante como la de las almas en pena.» DORIS LESSING
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