Esta es una historia de celos. De cómo pueden suscitarlos las palabras que no debieron decirse o las miradas que no se debieron cruzar, de cómo crecen salvajes y amenazan con destruir todo lo que tocan, de cómo enfrentarse con ellos a pesar del frío y del desaliento.
Ricardo G. Manrique es un maestro de los sentimientos. Tiene ese don de narrar lo cotidiano de una forma íntima e intensa. Ya lo hizo con Un día sin Teresa y ahora repite con esta última novela, La mujer dormida.
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