CUENTOS LUMINOSOS HENRY JAMES
Traducción de Pilar Lafuente
Cuentos luminosos reúne cuatro de los primeros relatos escritos por James, hoy quizá menos conocidos. En el primero de ellos, «Historia de una obra maestra» (1868), un viudo rico y distinguido que se halla prometido a la hermosa Marian Everett encarga al pintor Charles Baxter el retrato de su prometida. Una vez terminado, sin embargo, el novio se da cuenta de que la pintura va más allá del parecido físico y que algunos rasgos reflejan una personalidad inquietante. El segundo cuento, «Compañeros de viaje» (1870), nos presenta a un estadounidense que, de turismo por Italia, se enamora de una compatriota, Charlotte, que viaja son su padre. Él decide revelar sus sentimientos cuando llegan a Venecia, aunque ella se reserva los suyos. Más adelante, un embarazoso incidente dará un giro inesperado a la historia, cuya conclusión no acabará hasta que todos lleguen a Roma. La tercera narración es «La confesión de Guest» (1872). En ella Edgar Musgrave se reúne en un balneario con su hermanastro David, en donde coincidirán con John Guest, un corredor de bolsa al que Edgar acusa de haberle estafado veinte mil dólares. Edgar obligará al supuesto culpable a confirmar su delito, pero la humillante confesión acarreará conflictos morales y condicionará a todos. Unos años posterior a estos tres relatos es «Las razones de Georgina» (1885). Ambientado en el Nueva York de mediados del siglo XIX, narra la historia de dos enamorados, el teniente Raymond Benyon y la distinguida Georgina Gressie, que se ven obligados a casarse en secreto. Pero sus destinos se separarán cuando él marche de misión y ella viaje a Génova con una amiga. Allí dará a luz a su hijo y decidirá entregarlo a una campesina para seguir ocultando a su esposo la buena nueva. Pero Raymond, en un capricho del destino, acabará por enterarse.
Henry James (Nueva York, 1843 - Londres, 1916), escritor y crítico, fue un enamorado de Europa. Fijó en ella su residencia y en muchas de sus obras reflejó con gran penetración psicológica el contraste entre uno y otro continente a través de sus personajes, como en Retrato de una dama (1881) o en Las bostonianas (1886). Su capacidad analítica y los matices de su exposición lo aproximan y anuncian a Proust en obras como Daisy Miller (1879), Los embajadores (1903) o La copa dorada (1904). También el vértigo de algunas de sus tramas (Los papeles de Aspern [1888], también en Navona Ineludibles, u Otra vuelta de tuerca [1898]) convierte sus novelas en fascinantes artefactos que anuncian la literatura más desafiante del siglo XXI. Escribió veinte novelas, ciento veinte cuentos, una autobiografía y obras de teatro. En su vida social e intelectual frecuentó a Turguéniev, Flaubert, Zola y Kropotkin. En 1915 obtuvo la nacionalidad británica.
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