Su devoción por los libros llevó a
Belén Rubiano a fundar su propia librería; así lo cuenta en
Rialto, 11, un libro en el que recoge una parte de sus vivencias como librera que, lejos de perpetuar la visión más romántica del oficio, nos muestra también sus mayores retos y dificultades.
Un día de principios de otoño de 2002, la luz de una pequeña y recóndita librería de la plaza del Rialto de Sevilla se apagó, sin ruido ni apenas despedidas, definitivamente. Su fundadora había empezado a vender libros diez años antes en otras librerías, donde aprendió muchas cosas, además de su oficio.
En la sucesión de vivencias que conforman estas deliciosas memorias parciales, Rubiano comparte con los lectores la insobornable vocación que le llevó a establecerse como librera en una esquina del mapa. Y lo hace con humor y con cándida sinceridad, porque salvo la satisfacción de trabajar entre libros y lectores entendemos desde el principio que nada es como había soñado y que en el oficio no faltan tormentas, marejadas y amargas decepciones. Pero también hay, afortunadamente, momentos delirantes, impagables lecciones y grandes alegrías.
Años después de su cierre, y sin arrepentirse de las decisiones tomadas, Rubiano todavía añora Rialto y asegura que «tener y no tener una librería son mis dos maneras de leer».
Belén Rubiano nació en Sevilla en 1970. Además de trabajar como librera, oficio que actualmente ejerce en su ciudad natal, también ha colaborado en radios y revistas especializadas como crítica y prescriptora literaria.
A la venta el 1 de abril de 2019.
Autora disponible para entrevistas.Dosier con más información.
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