Esta novela está considerada como la más puramente dadá. Su crítica es demoledora
Céleste Ugolin, novela de Georges Ribemont-Dessaignes (1884-1974), está considerada unánimemente como su primera gran novela, además de obra dadaísta por excelencia.
Publicada en 1926, contiene ya todas las obsesiones de su autor (la locura, el erotismo, la poesía, la libertad, los sueños, el amor), a la vez que una crítica, pues también se enfrenta al movimiento dadá de forma satírica y cargada de humor negro.
Ni Breton ni Picabia ni Tzara, ni tan siquiera el propio Picasso, se libran de sus dardos envenenados, como tampoco ninguno de los «ismos» de la época (cubismo, surrealismo, comunismo), con sus respectivos lenguajes y manifiestos.
El autor
Ribemont-Dessaignes encarnó como nadie el ideal del artista nietzscheano. Considerado por la crítica, cuya autoridad nunca reconoció, como un mero diletante provocador, hoy se reconoce finalmente la profunda raigambre estética y filosófica de sus obras.
Georges Ribemont-Dessaignes (Montpellier, 1884-Saint Jeannet, 1974), escritor, poeta, dramaturgo, novelista, pintor y, ocasionalmente, compositor y traductor, ha pasado a la historia de la literatura como el dadaísta a ultranza que sin duda fue, autor de manifiestos, poemas y panfletos más o menos virulentos contra todo, cayendo en el olvido el resto de su ingente, heterodoxa y heteróclita obra.
Sin embargo, fue bastante más que uno de los miembros más activos y beligerantes de Dada, movimiento fundado en Zúrich por Tristan Tzara y Jean Arp, al que pronto se unirían Marcel Duchamp, Francis Picabia y el propio Ribemont-Dessaignes. Su obra, gran parte de la cual se ha perdido, empieza a estar considerada hoy como una de las más radicales, modernas, audaces y originales de la época.
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