La casa grande, editado por Bartleby Editores, empieza a convocar los vapores necesarios del poema desde la portada misma, con una foto en blanco y negro que reclama verdad a través de la mirada de la niña protagonista que hoy es autora de este fragmento de historia profunda de lo íntimo. Y precisamente desde ahí, desde lo íntimo y sus regueros de memoria, Acquaroni va construyendo un discurso de lo que somos, de lo que debemos, desde la infancia como soporte de verdad irrevocable.
Con un lenguaje que acerca por su comprensión a la piel, y por sus símbolos a la entraña misma, Rosana construye con sabiduría, con belleza y contundencia un relato poético que hilvana a la perfección la intención de lo emotivo y su reflexión vital, o dicho en poema: «No hay manzanas en el sacrificio/ Ni joyeros de nácar girando en la ignorancia./ Solo el regurgitar de la memoria,/ el acopio de años,/ tu madeja infinita,/ itinerante,/ alrededor del corazón».
Rafael Saravia.
Rosana Acquaroni (Madrid, 1964) ha publicado los poemarios Del mar bajo los puentes (1988, accésit del Premio Adonais), El Jardín Navegable (1990, Torremozas, reeditado en 2017) con una Ayuda para la Creación Literaria otorgada por el Ministerio de Cultura, Cartografía sin mundo(1995), Premio de Poesía Cáceres Patrimonio de la Humanidad, Lámparas de arena (2000, Fundación Gerardo Diego), Discordia de los dóciles (2011, Olifante) y La casa grande (Bartleby, 2018). Sus poemas aparecen recogidos en diversas antologías. Licenciada en Filología Hispánica (UAM) y doctora en Lingüística Aplicada por la Universidad Complutense de Madrid, en la actualidad es profesora del Centro Complutense para la Enseñanza del Español (CEE)
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