Libros para entender la inminente
disolución de ETA
|
Para entrevistas con los autores, contactad con nosotros
|
Sangre, sudor y paz
Este no es un libro neutral y tampoco lo es el relato que contiene.
Su asunto, el nacimiento, auge, caída y extinción forzada de uno de los grupos terroristas más letales y persistentes del último siglo en Europa Occidental, está narrado desde un lado de la grieta que su actuación provocó en el seno de las sociedades vasca y española: en particular, desde el lado de quienes lo combatieron y finalmente lo redujeron a la más absoluta inoperancia. Esta es, por tanto, la historia de la lucha contra ETA tal y como la vivieron los guardias civiles y sus familias: el colectivo de la sociedad española más golpeado por la acción de la banda —con más de doscientos muertos y muchos centenares de heridos—, y también aquel que acabó demostrando un compromiso mayor en su neutralización y liquidación.
A partir de la memoria viva y documental acumulada por aquellos que asumieron, a lo largo de medio siglo largo, el desafío de acallar las armas de quienes empezaron luchando contra una dictadura y acabaron desestabilizando la democracia, este libro tiene como ambición contribuir a la inexcusable derrota literaria del terror y a la construcción de la memoria debida de una historia crucial para entender la España contemporánea. Una historia, además, de éxito, el de un Estado, sus ciudadanos, sus leyes y sus instituciones frente a un reto endiablado y por momentos tan angustioso como desesperante. La historia, en fin, de un logro policial sin parangón en nuestro entorno, conseguido a partir del sudor y la sangre que en las coyunturas adversas forman parte del precio de la paz.
|
Historia de un desafío (2 vols.)
Han sido numerosos los libros publicados en estos últimos años sobre la historia de ETA, y desde muy diversas perspectivas. En la mayoría, el protagonismo de la Guardia Civil es muy importante, como no puede ser de otra manera, pero faltaba un ángulo fundamental, la crónica real, cruda, estremecedora a veces, documentada con rigor y escrita por los propios guardias civiles, de un tiempo en el que su actuación se resumía en dos palabras: sacrificio y sufrimiento.
El primer volumen recoge todo lo acontecido entre el nacimiento de ETA en 1958 y la declaración de Estella/Lizarra de 1998. Una época en la que el desconcierto ante los primeros asesinatos, la precariedad de medios con los que el instituto armado tuvo que afrontar el desafío terrorista en el franquismo y el silencio con el que se despachaba a las víctimas durante los años de plomo dieron paso a un periodo de encrucijada para la banda terrorista. A partir de los noventa, la aplicación cada vez más intensa y eficiente de los servicios de inteligencia a la lucha antiterrorista, la cooperación con Francia y los primeros éxitos policiales invertirían la tendencia: el Estado democrático al fin empezaba a imponerse y hacía posible la paz.
|
El segundo volumen recoge los últimos años del duro combate de la Benemérita contra el terrorismo etarra. Se abre con la falsa esperanza de la tregua de Estella/Lizarra de 1998, una época de rearme de la banda que llevó a un repunte de la actividad terrorista en los años posteriores. Sin embargo, a partir de 2002 y fruto de décadas de intensa labor antiterrorista, ETA entra en barrena y, completamente debilitada, anuncia el cese de su actividad en 2011, y en 2017 efectúa incluso, no sin renunciar a la mera propaganda, una entrega de armas.
Se ha llegado donde ahora nos encontramos por el trabajo de muchos, pero en una proporción muy elevada gracias a la Guardia Civil. Por eso, más allá de hechos relevantes e inéditos, de medidas y contramedidas, de atentados y detenciones, esta obra, casi enciclopédica, muestra de qué modo varias generaciones de guardias civiles han servido de escudo entre la banda terrorista y una sociedad que en demasiados momentos prefirió mirar a otro lado. |
Lo difícil es perdonarse a uno mismo
El 19 de febrero de 1992, Iñaki Rekarte empezó a caminar deprisa en dirección contraria al coche bomba que había aparcado minutos antes en el barrio de La Albericia de Santander. Segundos más tarde vio pasar a su objetivo, una furgoneta de la policía, buscó en el bolsillo el mando a distancia, levantó el brazo y apretó el botón con todas sus fuerzas. La explosión absorbió durante unos instantes todo el oxígeno de la calle; luego lo soltó de golpe. Tres personas murieron: un matrimonio de unos cuarenta años y un hombre de menos de treinta. Una veintena de transeúntes, entre ellos dos policías, resultaron heridos. Fue el primer atentado, y el último, del recién formado comando Santander de ETA. Pocas semanas después, Iñaki Rekarte fue detenido y encarcelado, y, en 1998, juzgado y condenado a 203 años de cárcel.
Lo que vino a continuación fueron dos décadas de prisión, odio, aislamiento, consignas y, más tarde, poco a poco, de crecimiento y evolución personal. De la sed de aventuras de los diecinueve años, los que tenía en la época en la que entró a formar parte de ETA, pasó a la radicalización ideológica en la cárcel, donde la fidelidad acrítica al grupo lo era todo, y de ahí al desencanto, la desvinculación y la salida, previo paso por el centro penitenciario de Nanclares.
Pero esta es también, y pese a todo, una historia de amor. La de Iñaki Rekarte con Mónica, una trabajadora social de la prisión gaditana de máxima seguridad Puerto I, donde estuvo recluido trece años, a través de la cual descubrió un mundo y una sociedad, desconocidos para él, que hasta entonces solo identificaba como el enemigo.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario