Hoy más que nunca y con esta
novela más que nunca, quiero compartir con vosotros mi alegría y poneros yo
misma en las manos Cuando llega la luz, que no es ni más ni menos
que la continuación de Lo que esconde tu nombre (premio Nadal 2010).
Han pasado seis años desde aquella primera entrega, tiempo suficiente para
quitarme el mal sabor de boca que me dejaron las cartas intimidatorias que
recibí por parte de filonazis y de familiares de uno de los nazis
mencionados en la novela. Pero al poco tiempo sucedió algo que me ha
proporcionado una de las mayores satisfacciones de mi carrera literaria.
Aparte de la buenísima acogida que tuvo en España, Lo que esconde tu
nombre se convirtió en un éxito internacional, que solo en Italia está
superando, sin desfallecer, el millón de copias vendidas. Me abrió una
puerta muy grande al exterior, que ningún desalmado ha podido cerrar, por
la que ya han entrado, con parecida fortuna, mis obras anteriores. ¿Quién
iba a decirme que esta historia de un anciano y una joven que se ven
atrapados en una red de viejos nazis en Denia iba a llegar al corazón de
tantos lectores?
La escribí porque era una
cuenta pendiente con una experiencia propia. La escribí porque en el fondo
yo era Sandra y Julián, mi padre. La escribí porque me sentí muy libre y
llena de vida escribiéndola. Y dejé un final que pedía a gritos ser
continuado. Y aquí está por fin. Nadie ha podido truncar mi deseo de seguir
adelante con la historia.
Por fortuna sus
protagonistas, Sandra y Julián, tampoco han desfallecido. Estaban
esperándome para unirse y emprender un personal ajuste de cuentas sin
perdón posible para los verdugos. Sandra, en esta segunda parte, ha
madurado, ahora es madre y más consciente del mundo. Julián pasa los días
en la residencia de la tercera edad donde le dejamos. Cada uno por su lado
cree que aquella aventura terminó. Pero no es así, aquello solo fue la
punta del iceberg, lo que les espera es mucho más profundo, intrincado y
trepidante de lo que nunca imaginaron.
Ojalá disfrutéis con el
reencuentro de este don Quijote y esta Sancho Panza, a quienes la vida les
da otra oportunidad de ser héroes.
Un beso enorme y agradecida.
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