Moira narra la historia de Joseph, un muchacho que ingresa en la universidad tras una rigurosa educación puritana. Pronto este nuevo entorno y sus amistades entrarán en conflicto con los estrictos preceptos religiosos que rigen su existencia. Su obsesión con la «pureza» lo lleva a rechazar el estudio de los clásicos o del arte, y lo sume progresivamente en una soledad autoimpuesta, cargada de culpa y rencor. Es entonces cuando aparece Moira, una joven despreocupada y poderosamente sensual. Su irrupción en el universo de Joseph remueve un avispero de pasiones contrapuestas donde espíritu y carne, gracia y pecado, viven en constante pugna, siempre bordeando la frontera que separa la salvación del abismo.
Moira constituye para casi todos los especialistas la mejor novela de Julien Green. Una obra de madurez que explora los complejos vericuetos del alma humana sin apartar la vista de aquellas regiones más oscuras. En ella, el maestro francés de origen estadounidense, profundiza en los peligros del puritanismo religioso que, encerrado en un inmovilismo moral incapaz de amoldarse a los cambios del mundo, se expone al riesgo de engendrar sus propios demonios.
«Querido ángel: de acuerdo. Envíame la cuenta, pero que sea la última. La directora me ha escrito que no trabajabas mucho. Nadie en el mundo puede obligarte a estudiar si no quieres, pero más adelante lo lamentarás. Y además, bebes demasiado. No digas que no. Sé que es verdad. A tu edad, yo bebía un julepe el domingo por la mañana y dos o tres miserables cócteles durante la semana. Mi padre me pegaba bofetadas, no por el julepe, que me preparaba él mismo (aplastando la menta antes, claro: hay que estar loco para hacerlo de otra forma); me pegaba bofetadas cuando olía a ginebra. Por mucho que después de cada cóctel me bebiera una jarra de agua y corriera al aire libre con la boca abierta, era imposible engañarlo. Me obligaba a gritar: «¡Aaah!» por debajo de su nariz y, si exhalaba ginebra, bofetón. Pero estoy desvariando. Escríbeme si es absolutamente necesario. Tuya, Mary Dare».
Julien Green (París, 1900 – 1998) nace en el seno de un matrimonio estadounidense, de origen sureño, afincado en Francia. Será en este país adoptivo donde pasará la mayor parte de su vida y en cuyo idioma escribirá su extensa obra. Sin embargo, a pesar de ser considerado uno de los mejores escritores en francés del siglo XX, nunca acepta la nacionalidad gala, convirtiéndose en el primer extranjero miembro de la Academia Francesa. Su educación en un ambiente de profundas convicciones religiosas marcará tanto su carácter como su producción literaria. Sus novelas, de una enorme profundidad psicológica, abordan las relaciones entre sexualidad, religión y soledad. Entre ellas destacan Cada hombre en su noche y El viajero sobre la tierra, una de sus obras de juventud, inspirada en la propia experiencia del autor como estudiante en Estados Unidos, y en la que ya se encuentra el germen de la que más adelante sería considerada su obra maestra: Moira.
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