No es frecuente que un novelista se haga esperar tanto. Pero Matías se ha tomado su tiempo, y se nota. Porque el salto es espectacular, y más aún habida cuenta del alto nivel de su primera novela. Sin embargo, “Con el sol en la boca”, su segunda novela merece mucho más que decir de ella que supone la maduración del autor. Porque esta nueva novela es una gran novela. Una novela grande.
La historia que cuenta es la de unos jóvenes universitarios en los que empieza a calar un hartazgo generalizado por todo. Uno de ellos, el Tano Castiglione, necesita como sea librarse de la desazón que le persigue. Y tras pelearse con los más próximos, irá a la casa del padre y, tras un enfrentamiento, saldrá de allí con un botín notable: el viejo coche que ya está para el desgüace; un pequeño cuadro juvenil del gran Berni; y una colección de figuritas de barro.
Él no lo sabe todavía, pero está dando comienzo un viaje que le conducirá al pasado, a descubrir las huellas de una historia turbia e inasumible. Un viaje que le llevará a reencontrarse con la madre y, sobre todo, a descubrir que el pasado no muere incluso cuando no se conoce. Y, también, a comprobar finalmente que el viaje no tiene final.
En la superficie ésta es una historia argentina: la guerrilla previa al golpe de estado de Videla; la corrupción que predominó durante la dictadura; la imposibilidad de reconciliarse con el pasado… Y, sobre todo, la traición, la culpa, la huida, el silencio…
Todo eso es, como decía al comienzo, muy local, muy particular. Pero en manos de Matías Néspolo adquiere un vuelo que convierte esta historia en algo que concierne a todo el mundo en cualquier rincón del mundo. Porque de lo que se trata es de contar de qué manera también en el cambio de siglo, como hoy en día, no somos capaces de librarnos de la desdicha que, en todo tiempo y lugar, es nuestra existencia, por decirlo parafraseando muy aproximadamente a Juan Benet.
Si “Siete maneras de matar a un gato” obtuvo repercusión internacional, traducciones al inglés, francés, neerlandés e italiano, y críticas muy buenas en todas partes, “Con el sol en la boca” debería superar con creces aquel notable eco que llevó al jurado de Granta a seleccionar a Matías Néspolo como uno de los más prometedores narradores jóvenes en lengua española.
Enrique
Enrique Murillo,
director editorial
Los libros del lince
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