Premio LcL 2014 es un premio no venal con el que se quiere reconocer la apuesta de los nuevos autores por la edición en digital.
El Premio LcL busca premiar la propuesta más original y contemporánea de nuestro catálogo
El
peatón de París - LÉON-PAUL
FARGUE
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«El
peatón de París es uno de los libros más
hermosos que se hayan escrito sobre una ciudad, obra maestra y dechado de
sucesivos y asombrosos hallazgos de todo tipo: verbales, poéticos,
literarios, históricos, narrativos, humorísticos…».
Andrés Trapiello
Épico
y moderno, este libro mítico es un perpetuo homenaje a los detalles exactos.
Podría afirmarse que Léon-Paul Fargue no hizo otra cosa en su vida que
prepararse para escribirlo; toda su existencia, todas sus experiencias
humanas y literarias, todas sus obras desembocan en estas páginas. Fargue,
que había nacido en 1876 en París, escribió la mayor parte de El peatón de París en
1938, para publicarlo un año después. Todo el libro parece un único y
modulado plano secuencia; o, si se prefiere, una melodía. También un caleidoscopio
que no dejara de girar.
En algunos pasajes, Fargue nos conduce incluso, gracias a su fabulosa memoria y a sus dotes de poeta y narrador, hasta el París de finales del XIX; no camina con un rumbo concreto, sino que se deja llevar. Suma el detalle histórico o arquitectónico a los recuerdos y la ensoñación, y descubre maravillosos tesoros en los personajes y calles más anónimos. Su ciudad, de cafés, muelles, mercados y cabarets, está llena de desconocidos tanto como de una seductora nómina de personajes célebres —Picasso, Satie, Proust, Morand, Radiguet, Mac Orlan…—, representantes del tout Paris. Memoria sentimental de la ciudad y de sí mismo, de lo que vio, de lo que ya no existe, amigos, casas, barrios, plazas… el tono nostálgico que atraviesa El peatón de París queda a ratos en sordina gracias al cambio de registros y la pura risa: el inteligentísimo humor de Fargue sabe ofrecer, tras el párrafo de ecos baudelerianos —puro spleen—, grandes cuadros satíricos de esa misma sociedad evocada. Al pasar estas páginas, tan contemporáneas y vívidas a pesar del transcurso del tiempo, volvemos a tener la certeza de que el París de los grandes flâneurs no es sólo tiempo pasado, una ciudad de leyenda perdida ya para siempre, sino que permanece muy viva y es mucho más que literatura. |
Colección El Pasaje de los
Panoramas / 14×21,5 cm / 272 páginas / 19,50 €
Prólogo de Andrés Trapiello / Traducción y glosario de Regina López Muñoz / 978-84-15217-80-0 |
Léon-Paul Fargue (París, 1876 – 1947)
En el Liceo Rollin tiene como profesor a Mallarmé, quien
habría de influir enormemente en su obra. Más tarde, en el Liceo Henri IV,
con Bergson como profesor, conoce a Alfred Jarry, alumno que se convertirá en
uno de sus mejores amigos. Fargue publica su primera obra, Tancrède, en 1895. A
partir de entonces frecuenta a la bohemia de Montmartre en el Cabaret du Chat
Noir, entra en los martes de
Mallarmé y conoce a Valéry, Schwob, Claudel, Debussy, Gide y Vuillard,
participando en la creación de diversas revistas literarias, como L’Art Littéraire, que
funda con Jarry. Sus poemas empiezan a publicarse en el Mercure de France. A
partir de 1902, accede a la escena musical de la mano de Viñes y Ravel, con
quienes formará el grupo de los Apaches de Auteuil, una sociedad integrada
por músicos y escritores. Participa en los comienzos de La Nouvelle Revue Française,
y en 1909 conoce a Valery Larbaud, con quien mantendrá una intensa amistad a
lo largo de su vida. En 1914 es movilizado para combatir en el frente. A su
vuelta se reencontrará con amigos como Satie o Cocteau en la mítica librería
Les Amis des Livres, en la rue de l’Odéon.
En 1924 Fargue funda y dirige la prestigiosa revista literaria Commerce junto con Valery Larbaud y Paul Valéry. Frecuenta a ciertos surrealistas, principalmente Philippe Soupault y Robert Desnos, y a figuras tan distintas como Malraux, Joyce, Saint-Exupéry o Michaux. En 1929 publica dos volúmenes titulados Espace y Sous la lampe, donde reúne la poesía en prosa publicada anteriormente en las páginas de Commerce. En los años treinta comienza una nueva actividad, la de cronista periodístico, escribiendo ensayos de muy diversa índole: desde la crítica literaria a temas más ligeros —estos artículos serán reunidos en Déjeuners de soleil y Dîners de lune—. En 1932 recibe el Premio de la Renaissance por Según París. En 1937 es nombrado miembro de la Académie Mallarmé y, dos años más tarde, publica su libro más célebre, El peatón de París, cuyo título le servirá de apodo ya para siempre. En 1943, después de haber publicado dos años antes Haute solitude, su obra maestra poética, sufre una hemiplejía durante una comida con Picasso. A pesar de quedar paralizado, no deja de escribir hasta el día de su muerte, acaecida en 1947. |
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