PRESENTAMOS, POR PRIMERA VEZ EN ESPAÑOL EN EDICIÓN RESTAURADA, LA VERSIÓN DE ALBERTO BRECCIA DE EL ETERNAUTA, CON GUION DE H. G. OESTERHELD
«Todo empezó con Breccia».
Frank Miller
Publicación: 30 de abril de 2025
Cuatro amigos juegan a las cartas en un ático, mientras cae la nieve en Buenos Aires. Pronto descubren que ha empezado una mortífera invasión: los alienígenas se están apoderando de América Latina. Las horas que siguen son cruciales si desean sobrevivir y enfrentarse al ejército invasor.
Planteada como un reboot de la historieta clásica El Eternauta, presentamos restaurada la versión dibujada por Alberto Breccia, que desde 1969 ha obtenido el estatus de obra de culto.
Nota del editor
En 1969 habían pasado ya doce años desde que terminó la que está considerada la etapa clásica de El Eternauta, cuyo guion corrió a cargo de H. G. Oesterheld y fue dibujada por Francisco Solano López. Se publicó entre 1955 y 1957 en la revista Hora Cero, propiedad de la editorial Frontera. En el seno de esa casa editora argentina desarrolló también un buen trecho de la primera parte de su carrera Alberto Breccia, dibujando principalmente dos series con guion de Oesterheld: Sherlock Time (1958-1959) y Ernie Pike (1959, relevando a Hugo Pratt a los lápices). Su colaboración con Oesterheld se extendería luego a Mort Cinder (1962-1964), serie publicada por la revista Místerix. Así pues, tanto Breccia como Oesterheld estaban, a finales de los años sesenta, en plena madurez profesional, tras más de dos décadas de carrera.
En mayo de 1969 se produjo un anuncio que suscitó gran interés en Argentina. En la revista Gente iba a aparecer una nueva versión de El Eternauta , al ritmo de tres páginas a la semana. H. G. Oesterheld se volvería a ocupar del guion y el dibujo correría a cargo de Alberto Breccia. Gente era un semanario generalista propiedad de la editorial Atlántida, dirigido al gran público, ligado a las noticias de actualidad y, sobre todo, a las notas de sociedad. Por su parte, el acercamiento de los autores al material de trabajo partía de una premisa más evolucionada: volver a contar la historia del Eternauta, el viajero perdido en el tiempo, y hacerlo de nuevo desde el principio (no se planteaba como una secuela), pero usando esta vez un tono más político en el guion y un dando paso más allá en la experimentación formal en el dibujo. El resultado fueron 17 entregas (del 22 de mayo hasta el 18 de septiembre de 1969) no exentas de polémica. Desde las primeras semanas de su publicación, la revista se hizo eco de las quejas de algunos lectores que no acertaban a comprender el desarrollo de la historia: por la composición de las páginas, por el trazo equívoco de algunos rostros, por no plegarse el dibujo a las normas del realismo… El malestar entre los compradores de la revista Gente y sus editores fue creciendo a cada semana que pasaba, lo que causó el fin apresurado de la serie.
El Eternauta 1969 ha sido etiquetado desde entonces, tanto por los aficionados como por los estudiosos del cómic, como un proyecto maldito; quizá uno de los momentos estelares en la Historia del noveno arte, una clara muestra de que un medio que había nacido para ser reproducido masivamente y llegar a un gran número de lectores (en su mayoría, jóvenes) adquirió plena entidad artística y empezó a necesitar otro tipo de encajes en la compleja maquinaria de las industrias de la comunicación. Cabe apuntar, por ejemplo, que el inicio de la carrera internacional de Alberto Breccia se produjo poco después, y que uno de sus primeros saltos a Europa fue de la mano de la revista italiana Linus , fundada en 1965 y dedicada a la difusión de los grandes maestros de la historieta (notablemente a partir de 1972, momento en que la cabecera pasa a manos de la editorial Rizzoli y acentúa su enfoque artístico y adulto). Así pues, la primera obra de Breccia en ser publicada en Linus, a partir del número de junio de 1972, fue justamente su versión de El Eternauta
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