En 1973, cuando comenzaron a trascender versiones infundadas de la tragedia, se los llegó a acusar de matarse entre ellos para comer, o se puso en duda que hubiera existido una avalancha el 29 de octubre, que causó ocho muertos. Los dieciséis supervivientes decidieron entonces contar, de forma mancomunada, la historia de los hechos. Lo que dio lugar al libro ¡Viven! de Piers Paul Read, que fue el fruto de cinco horas de grabación con cada uno, muy poco tiempo después de la tragedia. Escuchadas hoy, según ellos mismos confiesan, esas grabaciones sorprenden por ingenuas, como si pertenecieran a jovencitos inexpertos, que debieron narrar una historia demasiado compleja. En agosto de 2005, Roberto Canessa y Gustavo Zerbino le plantearon a Gonzalo Arijón, un documentalista uruguayo residente en Francia que estaba filmando desde hacía varios años una película con los sobrevivientes, titulada Stranded en inglés y Vengo de un avión que cayó en las montañas en español, que compartiera con Pablo Vierci las entrevistas que iba a realizarles, de modo que pudiera elaborar, sumándole las entrevistas que haría él mismo, el primer libro donde se expresaran los dieciséis supervivientes. Para llevarlo a cabo Pablo Vierci tenía dos cosas claras: debía subir a la montaña y permanecer el lugar del accidente todo el tiempo posible (y así lo hizo con Adolfo Strauch, Moncho Sabella, Gustavo Zerbino y Roberto Canessa); y que debían participar todos los supervivientes. No era fácil porque muchos de ellos no sólo jamás habían concedido una entrevista, sino que se alejaban del accidente todo lo que podían. |
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