Emilia Pardo Bazán
Emilia Pardo Bazán nace el 16 de septiembre de 1851 en La Coruña, en el seno de una familia de rancio abolengo. Su padre fue un firme defensor de la educación de la mujer y fomentó su amor por la lectura desde edad muy temprana. A los nueve años compuso sus primeros versos, y a los quince el primero de los casi 600 cuentos que publicaría a lo largo de su vida. Desde su juventud, pasó los inviernos en Madrid llevando una intensa vida social y los veranos en Galicia, en sus queridas Torres de Meirás, en un ambiente más propicio para el trabajo y la escritura. Se casó a los dieciséis años con José Quiroga, con quien tendrá tres hijos y del que acabará separándose cuando este trate de prohibirle que siga escribiendo. Viajó por media Europa, llegó a dominar cinco idiomas y desarrolló una amplia labor periodística. Fue traductora, conferenciante e introductora del Naturalismo en España. Abanderada de la igualdad de derechos entre ambos sexos, fundó y dirigió la Biblioteca de la Mujer. Fue la primera mujer en ser socio de número del Ateneo de Madrid y ocupar la presidencia de su Sección de Literatura. Muere en 1921 a causa de una complicación de su diabetes, en su casa madrileña de la calle Princesa 27, y sus restos reposan en la iglesia de la Concepción de la calle Goya. Insolación Quizás sea Insolación la novela más moderna y rompedora de su autora. Ciento treinta años después de su aparición, la obra continúa más viva que nunca y nos enfrenta a temas que todavía resultan de actualidad. Insolación es la historia de amor que surge entre la gallega Asís Taboada y el andaluz Diego Pacheco bajo el ardiente sol madrileño, pero va mucho más allá. Emilia Pardo Bazán consigue en esta novela subvertir las nociones de corrección y jerarquía, ir «contra el pacto social del mundo y sus farsas». Con un sutil sentido del humor y una permanente ironía, critica la autora la hipocresía social, pues «nada hay más peligroso que lo reprimido y oculto», y pone en boca de su protagonista preguntas como: «¿Por qué no han de tener derecho las mujeres para encontrar guapos a los hombres que lo sean?». Además de una denuncia del doble rasero utilizado para medir las actitudes de hombres y mujeres, la novela se convierte en una defensa de la identidad nacional frente al «frío racionalismo europeo», de modernos valores ambientales, y constituye un magnífico retrato de los diferentes ambientes del Madrid de la Restauración. A esto último contribuye en gran medida el centenar de ilustraciones de José Cuchy que ya acompañaron la primera edición y que ahora recuperamos para intensificar aún más, si cabe, el placer que provocará la lectura de estas páginas. Miguel Losada |
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