Manfred (1817) y Caín (1821) son la manifestación de la rebeldía, la subversión moral y la inquietud intelectual de Lord Byron, quien en línea con los presupuestos románticos, pero desde una perspectiva muy particular, vuelca en sus poemas el tedio y la desazón que le provoca la sociedad en la que vive.
Los llamados “poemas satánicos” evocan un lamento por la pérdida de la inocencia, así como por las consecuencias que esta pérdida conlleva; un lamento por una plenitud y serenidad pasadas que no se han sabido conservar, y sobre todo una protesta ante un universo arbitrario e injusto, que acaba por trascender a los propios personajes y por abrir un espacio único de inquietud metafísica, que antecede a los existencialismos filosóficos de décadas posteriores. |
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