«Es posible que la hispanibundia no sea más que la vehementia cordis (vehemencia del corazón) que, según Plinio, distinguía a los hispanos. Con hispanibundiareaccionaron los teólogos de la Contrarreforma frente a las tesis de Lutero. Movidos por la fiebre de la hispanibundia se aventuraron los conquistadores en los desiertos, en las santas cordilleras y en las selvas del Nuevo Mundo. La hispanibundia arrojó a nuestra armada Invencible contra las costas de Gran Bretaña y de Irlanda. Y con un dolor hispanibundo se escribieron las mejores páginas de nuestra literatura. Lahispanibundia es la energía vibrante que produce el español al vivir, ya se crea español o no, lo acepte o no, se encuentre en el exilio forzado o pretenda ser extranjero en su patria y extraño a los suyos».
Convencido de que los pueblos sólo pueden cambiar cuando hacen un honesto esfuerzo por conocer su historia, Mauricio Wiesenthal trata de aportar su grano de arena para comprender esa compleja realidad que se ha ido configurando a lo largo de siglos y de la que, para bien o para mal, formamos parte y somos herederos.
Traducción de José Ramón Monreal
Dos veces al día, a primera hora de la mañana y hacia las cinco de la tarde, Ceronetti bebe una taza de té verde chino. Son momentos que el escritor atesora, porque en ellos «el aliento del té penetra en los rincones muertos» y la mente relaciona cosas insólitas, crea vínculos nuevos. ¿Cuáles son los materiales de estos pensamientos? Los recuerdos, las imágenes, los sueños, lo leído en diccionarios, en la Biblia, en el Corán, en la obra de Rathenau, de Conrad, de Baudelaire y de Tocqueville, o en un recorte de periódico. Al despertar la mente y los sentidos, el té actúa como un aromático antídoto contra la inercia y el aturdimiento.
Así fueron tomando forma estas páginas, destinadas a descubrirle al lector una singular lucidez y a estimular en él esa «curiosidad desesperada en continuo movimiento» sin la cual «la desesperación no tendría límites». |
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